Que viene el lobo.
Así era como nos asustaban de niños, y así es como quieren seguir asustándonos los socialistas que venimos sufriendo durante casi treinta años en esta bendita región. Y es que todos los socialistas están cortados con el mismo patrón, aunque últimamente intenten desmarcarse hasta del puño y la rosa. Recuerdan lo del dóberman, o aquello de que si ganaba el PP quitaría las pensiones. Luego supimos que quienes habían puesto en peligro éstas habían sido los socialistas de Felipe González, y el PP de Aznar, conforme llegó al gobierno tuvo que pedir un préstamo para poder pagar las mismas. Ahora, por caprichos del destino y porque la lógica política se ha vuelto a imponer, han sido otra vez los socialistas los que han puesto en peligro el mantenimiento de las pensiones. No solo las han bajado por primera vez en la historia, si no que han decidido que tendremos que trabajar más para cobrar menos. Por eso hay que ser ingenuo para creerlos cuando pretenden asustarnos con que viene el lobo, que es lo que vienen a decir cuando anuncian que si ganan los populares de Mª Dolores de Cospedal, echarán a los funcionarios a la calle. Ellos, los socialistas de Barreda, sí que están poniendo en peligro los puestos de trabajo y el pago de las nóminas de miles de empleados públicos, y todo gracias a su nefasta y caótica política económica. ¿Cómo amenazan con el paro, los campeones del mismo? Pienso que a los socialistas, que se huelen la tostá que les viene encima, solo les queda el remedio del miedo. Únicamente asustando pueden arañar un puñado de votos. Desde luego no lo harán ofreciendo soluciones, ya que si las tuvieran las estarían aplicando y no seguiríamos siendo los últimos de la fila. Y también es cierto que tienen que motivar a ese ejército de enchufados y recolocados, que nadie sabe a ciencia cierta cuantos miles son, y cuyo único mérito es su afiliación política. Ellos sí que tienen motivos para estar preocupados, pues se les acaba el chollo de ocupar cargos superfluos e innecesarios. Pero de ninguna manera tienen motivos de alarma los empleados públicos, laborales, estatutarios, funcionarios o interinos, que han ganado su plaza en función de sus méritos y capacidad. Es más, yo diría que el verdadero peligro que tienen éstos últimos es que siga gobernando, es un decir lo de gobernar, Barreda y su cohorte de aduladores. Hay que hacer oídos sordos a las campañas del miedo y la propaganda socialistas. Lo que ellos ofrecen ya lo sabemos, paro, deuda, ruina y miseria para la mayoría, y buenos puestos para ellos. Pero hay una alternativa, con soluciones imaginativas, con sacrificios, con esfuerzo, con rigor, que hará que vuelva a florecer la mejor política social posible, la del empleo y la estabilidad. Pronto tocará elegir con cual quedarnos.
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