Hace poco más de una semana asistí a la toma de posesión del nuevo Delegado de la JJ.CC. y del Subdelegado del gobierno en Albacete. Poco diré de acto oficial, pero si que me referiré a las palabras pronunciadas por el presidente de nuestra comunidad.
El Sr. Barreda vino a decir una obviedad, como que, mediante el diálogo y el consenso, si estamos unidos, los castellano manchegos somos capaces de las más importantes gestas. Podemos conseguir lo que nos propongamos. Alcanzaremos las mayores cotas de progreso y desarrollo para todos.
Nada que objetar a tan preciosas y precisas palabras, si realmente reflejaran sus intenciones y deseos, porque, en este caso, conociendo sus actuaciones más recientes solo cabe aplicarle el refrán que dice “dime de que presumes y te diré de que careces”.
Hablar de diálogo y consenso para lograr los objetivos de mejorar la vida de nuestros vecinos, mientras desde su atalaya de presidente castellano manchego decide e impone decisiones prescindiendo de ese diálogo y consenso no es de recibo.
Como podemos confiar en lo que dice públicamente si acabamos de asistir al colmo de su intransigencia y falta de palabra. Me refiero a que, efectivamente es capaz de dialogar, negociar y llegar a acuerdos importantísimos con la oposición, que se traducen en una reforma de nuestro Estatuto que, firmada y votada por él mismo, inmediatamente la incumple y se la salta a la torera, mediante una reforma unilateral de la Ley electoral contraria a lo pactado, firmado y votado por él.
De manera que ¿quien puede esperar en lo sucesivo que cumpla lo que dice?, si no cumple lo que firma, Como vamos a confiar en sus palabras de diálogo y consenso, si en el día a día reciente, prescindiendo de cualquier diálogo con la oposición, impone sin ningún consenso el nombramiento del Síndico de Cuentas.
Como creer que cumplirá lo que dice, si se empeña en nombrar como Defensor del Pueblo de Castilla La mancha, a alguien que puede ser cualquier cosa menos imparcial e independiente, y todo, sin ni siquiera intentar dialogar lo más mínimo con la oposición.
Que podemos esperar de sus palabras, si sus hechos son contrarios a ellas. Que ecuanimidad cabe esperar del mantenimiento contra viento y marea, del Director General de Radio Televisión de Castilla La mancha, ente convertido en una televisión sectaria y parcial a su servicio.
Si en estos cuatro casos tan importantes y decisivos para un funcionamiento imparcial y justo de nuestra sociedad e instituciones, se hace sin el diálogo y el consenso del que tanto habla públicamente, demuestra que, el presidente de nuestra comunidad dice una cosa muy distinta y contraria a lo que hace.
¿A quien quiere engañar con su verborrea?
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