Otra vez hemos vuelto a ser noticia nacional y para mal. Seguramente la culpa la tendremos los del PP que no queremos a nuestra tierra y siempre estamos hablando mal de ella, no como los socialistas y progresistas que solo hablan de lo bien que nos va todo por Castilla La Mancha. Para ellos está claro, todo el que no resalte solo y nada más que lo positivo que tenemos, está en contra el progreso de nuestra comunidad.
Para muchos, entre los que me incluyo, conocer y reconocer las debilidades y carencias nos facilitará poder superarlas. Y por ello no dejo de querer a mi tierra tanto o más que ellos.
Pero a lo que íbamos. Hoy hemos de hablar de lo sucedido los pasados días en el término municipal de La Herrera, gobernado por un alcalde del Partido Popular, Pablo Escobar, y con una población de alrededor de 400 habitantes.
Sin comerlo ni beberlo, de la noche a la mañana, en tan humilde pueblo albaceteño se han encontrado con la instalación de un campamento de inmigrantes, en su mayoría rumanos, buscando poder trabajar en las labores agrícolas. Este campamento ha llegado a tener más de dos mil componentes, entre adultos y niños.
Su ubicación ha sido a lo largo del trasvase Tajo-Segura, dentro de la zona de seguridad del mismo. Por supuesto, no solo han acampado allí, han encendido fuego para cocinar, se han bañado en el trasvase y han utilizado el mismo para fregar sus utensilios, sus ropas, e incluso para beber. En consecuencia han buscado las mejores condiciones para poder subsistir hasta la llegada del trabajo.
A pesar de todo, es evidente que las condiciones de salubridad y seguridad no eran las más adecuadas se mire por donde se mire. Además hemos de tener en cuenta que está prohibido terminantemente acceder a la zona de seguridad del trasvase que discurre paralela en sus dos lados, por lo que si hablamos de acampar en ella, la prohibición es si cabe mayor.
Tampoco está permitido utilizar el agua del trasvase, y si no que se lo pregunten a los agricultores castellano-manchegos que han sido sancionados por no hacer caso de dicha prohibición, por mucha necesidad que hayan podido argumentar en su defensa. Ni siquiera para abastecimiento humano, salvo que expresamente se haya concedido el mismo, como es el caso de Albacete, donde tras años y años viendo pasar el agua, tuvo que ser un gobierno presidido por José Mª Aznar, el que nos permitiera poder abastecernos de ese agua para consumo humano.
Y por si fuera poco, habría que recordar que la legislación actual no permite en estos meses de verano encender ningún tipo de fuego en zona rústica alguna. Las consecuencias de incumplir esta norma, en sanciones y desastres por el fuego las tenemos muy recientes en nuestras retinas.
Bueno, pues con todos estos ingredientes, viene el alcalde el PP de La Herrera y se atreve a denunciar lo que está sucediendo, mostrando su preocupación y malestar no solo por los graves incumplimientos que se están haciendo y el peligro que para su pueblo puede suponer, sino también por las condiciones infrahumanas en que se ven obligados a convivir tantos inmigrantes.
Y este hecho, que debería ser de agradecer por los responsables de la administración, es descalificado por ir contra la buena marcha de nuestra comunidad. En Castilla La Mancha todo funciona mejor que bien. No tenemos campamentos ilegales, ni se incumple normativa alguna sobre el trasvase, y menos sobre fuegos. Y eso lo dice hasta el máximo responsable del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Sr. Caldera.
Por otro lado también reacciona la Subdelegación del Gobierno, competente en la materia, la cual se limita a enviar a la Guardia Civil a pedir la documentación e identificarlos y con ello presionar a los inmigrantes para que opten por marcharse a otra parte, pero tampoco sin hacer mucha fuerza. Tarde o temprano se irán y al fin y al cabo en algún lugar tienen que estar, mejor en las inmediaciones de un pueblo gobernado por el PP que en uno gobernado por los socialistas.
E interviene la Confederación Hidrográfica del Tajo, que es quien gestiona el Trasvase. Manda sus guardas fluviales y sin mucha convicción recuerdan a los acampados la prohibición, ignorada por el Sr. Caldera, de acceder a la zona de seguridad de dicha infraestructura y utilizar sus aguas para cualquier uso.
Alguien se imagina por un momento que un grupo de aficionados al camping, de los muchos y buenos que hay en Albacete, decidiera instalar sus caravanas, avances y tiendas de campaña dentro de la zona de seguridad del trasvase, cercano a un pueblo gobernado por algún preboste socialista, abasteciéndose del agua que generosamente enviamos al levante y que nosotros necesitamos, encendieran sus fogatas y barbacoas, y decidieran pasar estos calurosos meses de verano.
Seguramente que el Sr. Ministro enviaría a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado contra tan atrevidos españolitos, y aunque demostraran que pagan religiosamente sus impuestos, se identificaran y tuvieran toda su documentación en regla, serían sancionados y expulsados sin contemplaciones.
¡¡España es diferente y Castilla La Mancha aún más!!
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