Irena Sendler

Alemania rinde homenaje a Oskar Schlinder, aquél industrial alemán que salvó a mil judíos de su muerte a manos de los nazis. Pero este no es el caso más excepcional ni el más llamativo, solo es el más conocido, gracias a la película que sobre él se hizo.
Hay otro caso de una mujer excepcional. Irena Sendler. Polaca, enfermera en el Departamento de Bienestar Social de Varsovia en 1.939, año de la invasión nazi. Su historia, era desconocida fuera de su país gracias al oscurantismo del régimen comunista polaco, hasta que los alumnos de un instituto de Kansas en un trabajo sobre el Holocausto, investigaron sobre una mujer que había salvado a más de 2.500 niños.
Ella, trabajó en los comedores comunitarios de Varsovia, intentando aliviar el sufrimiento de todos con los que tenía contacto, ya fueran judíos, católicos o sin religión reconocida. Cuando años después, los nazis crearon el gueto de Varsovia, confinando en él a tantos compatriotas suyos, Irena se unió al Consejo para la Ayuda de los Judíos, llegando a coserse la Estrella de David en su ropa, buscando no solo solidarizarse con éstos, sino pasar desapercibidas en sus continúas idas y venidas por el gueto.
Temiendo lo que iba a suceder, se dedicó no solo a ayudar como podía a los confinados en ese lugar, sino en convencer a los padres para que les entregaran a sus hijos y poder ponerlos a salvo. Así, una y otra vez fue sacando niños como podía, elaborando documentos falsos, en ambulancias haciéndoles pasar por víctimas del tifus, en cubos de basura, cajas de herramientas, cajas de patatas, incluso ataúdes, cualquier fórmula era posible para la enorme voluntad de esta mujer.
Pero Irena no solo pensaba en salvar cuantos más niños mejor. Ideó un sistema para salvaguardar sus nombres, sus identidades, sus historias personales y sus recuerdos familiares. Inventó un sistema lo suficientemente fiable para que el tiempo no olvidara los orígenes de todos aquellos a los que salvaba. Además fue lo suficientemente cuidadosa para esconderlo y preservarlo de todo aquel que pudiera ponerlo en peligro.
Finalmente el 20 de octubre de 1.943, fue descubierta y detenida. La Gestapo la llevó a la prisión de Pawiak, donde fue sometida a todo tipo de torturas y vejaciones intentando que revelara el destino de su más preciado tesoro, el archivo de los miles de niños que había salvado. Donde estaban. Quienes eran. De que familia procedían. Todo fue inútil. Su entereza fue inquebrantable. Finalmente, ente la imposibilidad de sacar ninguna información de esta gran mujer, fue condenada a muerte.
Pero su gran labor no podía acabar así. El Consejo de Ayuda para los Judios, en justa recompensa, sobornó a sus verdugos e impidieron su muerte. Irena recibió una nueva identidad y continuó su labor con más ahínco y entrega. Recuperó sus archivos y los ocultó en dos frascos que enterró personalmente en el jardín de una de sus vecinas. Quería asegurarse de que, si ella moría, sus notas llegaran a las manos adecuadas.
Acabada la guerra, volvió a desenterrar los frascos con las notas y los entregó personalmente al Doctor Adolfo Berman, primer Presidente del Comité de Salvamento de los Judíos Supervivientes. Entonces comenzó el trabajo de rescatar la historia y los orígenes de cada uno. Primero había que localizarlos, unos fueron a familias adoptivas, otros a orfanatos, algunos habían sido enviados a Palestina. Muchos de ellos habían perdido a toda su familia en los campos de concentración o en el gueto. La mayoría apenas conocían a Irena, solo conocían su nombre clave, Jolata.
Buscaron su tumba y no la encontraron. Estaba viva. Tiene 97 años y está en una residencia de ancianos en el centro de Varsovia, conde nunca faltan flores y tarjetas de agradecimiento. Apenas puede caminar. Aún arrastra las secuelas de la tortura y brutalidad que su cuerpo padeció. Le rompieron las piernas y los brazos. Pero su historia ha producido todo tipo de homenajes y reconocimientos, algo que ella nunca buscó. Ella solo quería salvar al mayor número de niños que pudiera. Ese fue su destino y ese fue su ejemplo. Si gran historia algún día la veremos en el cine.

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