Laicismo beligerante.

Por mucho que duela a la izquierda progresista española, nuestra historia está ligada a la religión católica. De hecho, la mayoría de los españoles creen en Dios y esto nos es ni de derechas ni de izquierda, es una realidad constatable, basada en los principios de nuestra nación, creada por hombre y mujeres cristianos. Dicho lo anterior, ello no significa que en España no haya que respetar y convivir otras religiones o convicciones, incluidos los que no creen en nada, pero cuando éstos últimos se empeñan en eliminar de la vida pública a la religión en la que se basa nuestra historia, es el momento de recordarles algunos datos importantes. La Iglesia Católica tiene en España 5.141 centros de enseñanza, con casi un millón de alumnos, que supone un ahorro para las arcas del Estado de más de tres millones de euros por centro al año. También gestiona 107 hospitales, que hacen que el presupuesto nacional ahorre otros 50 millones de euros al año por cada uno. Además tiene 1.004 centros, entre dispensarios, ambulatorios, asilos, centros de discapacitados, de transeúntes y de enfermos terminales de SIDA, que con un total de 51.312 camas, ahorran al Estado otros 4 millones de euros al año por centro. Cáritas Diocesana se gasta 155 millones de euros al año en prestar sus servicios de asistencia a los más necesitados, dinero que sale casi íntegramente del bolsillo de los cristianos españoles, los cuales también aportan voluntariamente recursos para los 43 millones de euros que necesita Manos Unidas, y sin olvidar los 21 millones de euros que utilizan las Obras Misionales Pontificias (Dómund) y que salen del mismo sitio. Igualmente, la Iglesia Católica tiene 365 centros de reeducación que ayudan a 53.140 marginados sociales; ex-prostitutas; ex-presidiarios y ex-toxicómanos, que suponen un ahorro para las arcas públicas de medio millón de euros por centro. Además tiene 937 orfanatos, donde mantiene a 1.835 niños abandonados y que ahorra al presupuesto público cien mil euros por centro. Finalmente, hay que cuantificar entre treinta y dos y treinta y seis mil millones de euros la cantidad que la Iglesia Católica dedica a gastos de conservación y mantenimiento de su Patrimonio histórico artístico y que tantos beneficios representa para la imagen de España, amén de los beneficios turísticos que su atracción supone para el producto Interior Bruto español. Ignorando esto, el sector progresista, a pesar de haber sido educados con principios religiosos de los que ahora reniegan, practican un laicismo cada vez más beligerante. Quieren arrinconar y extinguir nuestra cultura religiosa y nuestras creencias. ¿Cómo puede un católico tirar piedras contra su tejado?

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