Empezada la campaña electoral, tenemos a tiro de piedra una oportunidad histórica. Se trata ni mas ni menos de decidir si seguimos aguantando a los que llevan treinta años castigándonos, o los mandamos a paseo de una puñetera vez. El día 22 cada uno de nosotros tenemos que pronunciarnos sobre la forma con que nuestros gobernantes socialistas han afrontado la crisis. Si estamos a favor o en contra de que hayan aprobado, apoyado, impulsado y aplicado la peor política económica posible.
El resultado de estas elecciones en Castilla La Mancha solo puede deparar dos posibilidades. Una es que se cumplan todos los sondeos y por primera vez gane el PP, mandando a los socialistas, también por primera vez, a la oposición, lo que supondría de hecho una convulsión de consecuencias imprevisible dentro de la familia socialista. Tendrían que regenerar sus cuadros y eso no les vendría mal.
Por el contrario, Cospedal nos ofrece devolvernos la ilusión, las ganas de invertir y trabajar, con un gobierno eficiente, austero, eficaz y riguroso, que equilibre y sanee las cuentas públicas, aplicando verdaderas políticas de crecimiento, competitividad y creación de empleo. Previo a eso, ya lo ha anunciado, las auditará para saber que es lo que hay. Tendrá que abrir muchas ventanas para renovar el aire que lleva mucho tiempo oliendo a podrido. Yo desde luego confío en que así sea.
Otra posibilidad es que vuelva a ganar Barreda, lo que supondría respaldar una política fracasada que nos ha llevado al colapso financiero, que pone en peligro el mantenimiento de la Educación, la Sanidad y las Políticas Sociales, sin olvidar el estancamiento económico, el aumento de endeudamiento y déficit, el desplome del consumo, la parálisis de inversión, la destrucción de empleo y en definitiva, tendríamos que resignarnos a seguir arruinándonos un poco más cada día.
Se trata de elegir entre seguir de mal en peor o darnos una oportunidad a todos de invertir esa tendencia. Si está contento de que encabecemos el crecimiento de deuda, de paro, de menor renta per cápita o de pensiones más bajas, no lo dude, vote a Barreda que por ahí nos lleva. Si le parece nimio que en nuestra comunidad hayan cerrado 20.000 pymes y 55.000 autónomos, o que nuestra administración regional esconda en los cajones más de 90.000 facturas para las que no tiene presupuesto, adelante, elija a Barreda. Si respalda que le hayan congelado su pensión, está de acuerdo en que le exijan trabajar dos años más para cobrar menos jubilación, o se conforma con que le reduzcan su sueldo, es lógico que apueste por mantener a Barreda en su sillón.
Si por el contrario cree que todo lo anterior solo es el exponente de una política fracasada que hay que eliminar, vote a Cospedal. Démosle la oportunidad de sustituir nuestra resignación por ilusión. Nos lo merecemos.
El resultado de estas elecciones en Castilla La Mancha solo puede deparar dos posibilidades. Una es que se cumplan todos los sondeos y por primera vez gane el PP, mandando a los socialistas, también por primera vez, a la oposición, lo que supondría de hecho una convulsión de consecuencias imprevisible dentro de la familia socialista. Tendrían que regenerar sus cuadros y eso no les vendría mal.
Por el contrario, Cospedal nos ofrece devolvernos la ilusión, las ganas de invertir y trabajar, con un gobierno eficiente, austero, eficaz y riguroso, que equilibre y sanee las cuentas públicas, aplicando verdaderas políticas de crecimiento, competitividad y creación de empleo. Previo a eso, ya lo ha anunciado, las auditará para saber que es lo que hay. Tendrá que abrir muchas ventanas para renovar el aire que lleva mucho tiempo oliendo a podrido. Yo desde luego confío en que así sea.
Otra posibilidad es que vuelva a ganar Barreda, lo que supondría respaldar una política fracasada que nos ha llevado al colapso financiero, que pone en peligro el mantenimiento de la Educación, la Sanidad y las Políticas Sociales, sin olvidar el estancamiento económico, el aumento de endeudamiento y déficit, el desplome del consumo, la parálisis de inversión, la destrucción de empleo y en definitiva, tendríamos que resignarnos a seguir arruinándonos un poco más cada día.
Se trata de elegir entre seguir de mal en peor o darnos una oportunidad a todos de invertir esa tendencia. Si está contento de que encabecemos el crecimiento de deuda, de paro, de menor renta per cápita o de pensiones más bajas, no lo dude, vote a Barreda que por ahí nos lleva. Si le parece nimio que en nuestra comunidad hayan cerrado 20.000 pymes y 55.000 autónomos, o que nuestra administración regional esconda en los cajones más de 90.000 facturas para las que no tiene presupuesto, adelante, elija a Barreda. Si respalda que le hayan congelado su pensión, está de acuerdo en que le exijan trabajar dos años más para cobrar menos jubilación, o se conforma con que le reduzcan su sueldo, es lógico que apueste por mantener a Barreda en su sillón.
Si por el contrario cree que todo lo anterior solo es el exponente de una política fracasada que hay que eliminar, vote a Cospedal. Démosle la oportunidad de sustituir nuestra resignación por ilusión. Nos lo merecemos.
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