Empieza la cuenta atrás.

En poco más de quince días sabremos si tendremos que seguir aguantando a los que llevan treinta años castigándonos, o se enciende una luz de esperanza para la recuperación.
Hace tres décadas que los socialistas llegaron al poder en Castilla La Mancha, desde entonces ha dado igual que gobierne en España la izquierda o la derecha, esta tierra ha seguido siendo de las últimas en riqueza y progreso.
Es cierto que hemos mejorado, pero mucho más lo han hecho los demás. Y lo cierto y fijo es que hoy estamos en los puestos de cabeza en crecimiento de deuda, desempleados, menor renta per cápita o pensiones más bajas. Estos son algunos de los méritos con los que Barreda se presenta pidiéndonos su reelección.
En Castilla La Mancha, bajo su presidencia, 20.000 pymes y 55.000 autónomos han cesado su actividad, principalmente por la morosidad de su gobierno, el cual ya acumula más de 90.000 facturas para las que no tiene presupuesto.
Y es que las cuentas públicas de la JJ.CC., digan lo que digan, están en quiebra técnica, hasta el punto de que para todo 2011, Barreda había presupuestado 74 millones de € para gastos financieros, de los cuales solo en los tres primeros meses ha gastado ya 44, es decir el 60%. Es más, el déficit del primer trimestre ha sido de casi un 1% del PIB, cuando el máximo permitido para todo el año es del 1,4%.
Cualquier dato que uno conozca no hará más que confirmarle que Barreda es el peor gestor de España, peor aún que su maestro Zparo, y mira que es difícil superarlo. Por eso no es de extrañar que lleve ya aprobados cuatro Planes para intentar controlar las cuentas públicas. Pero ni por esas. Va de fracaso en fracaso hasta nuestra ruina total.
Así pues debemos tener claro a la hora de elegir la papeleta que la continuidad de Barreda supone de hecho un peligro para el mantenimiento de la Sanidad, la Educación y los Servicios Sociales de nuestra comunidad.
La elección es seguir cayendo por la pendiente con Barreda, o empezar a remontarla con Cospedal. Y por si tienen dudas, elijan entre que sigan los que hay o que se vayan de una vez.

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