El inicio de la actual legislatura coincidió con la firma del conocido Pacto del Tinell, acuerdo excluyente del Partido Socialista con sus socios separatistas y nacionalistas que solo tenía un objetivo, aislar y excluir al Partido Popular y presentarlo como los infestados de la política nacional. Posteriormente se dio el siguiente paso en esa política excluyente. Se puso en marcha el llamado Cinturón Sanitario contra el Partido Popular, cuando en realidad de quien había que protegerse era el pacto entre socialistas, nacionalistas, comunistas y separatistas. Menudo potaje.
Las consecuencias de todo ello las hemos visto y sufrido en muchos lugares, siendo evidente que en el cambalache que practica Rodríguez Zapatero, ha sido capaz de pagar cualquier precio, sea el que sea, con tal de mantener el poder. Así hemos visto como, por ejemplo, han sido capaces de ponerse e acuerdo entre seis o siete formaciones políticas de distintas y contrarias ideologías para conseguir el poder en Baleares.
Ahora, terminando esta legislatura, quieren rematarla con la conocida como Ley de la Memoria Histórica, reabriendo unas heridas que estaban cicatrizadas. Esta Ley agrava más la estrategia de división y de confrontación practicada por la irresponsabilidad de un Zapatero, cuyo rencor y odio demuestra constantemente, a lo que hay que unir la colaboración y ánimos que recibe de sus socios en esta cuestión tan delicada y sensible.
La democracia no se construye enfrentando a unos contra otros, y tampoco se fortalece con lecturas parciales e interesadas de nuestro pasado, por lo que una Ley de Memoria Histórica sectaria como la que se está tramitando, solo generará incertidumbre, enfrentamientos y crispación en la sociedad española.
La realidad es bien distinta a lo que quiere hacernos creer Zapatero y sus socios. Los españoles queremos mirar al futuro, no queremos saber nada de la división y el rencor que él lidera, y estamos orgullosos del pacto de concordia y reconciliación que hizo posible la transición democrática. Pero en su obsesión por destruir todo lo que hemos hecho en común, Zapatero y sus socios lo cuestionan todo, la Constitución, la unidad de España, el modelo territorial, el reparto presupuestario, etc.
Por eso los españoles tienen que saber que pueden contar con el Partido Popular para reconducir el tortuoso camino por el que nos lleva Zapatero. Éste solo piensa en el pasado y en la exclusión de una parte importante de la sociedad, mientras que desde el Partido Popular queremos recuperar los grandes asuntos que antes estaban consensuados y no eran motivo de discusión. Ese es el futuro que practicará Mariano Rajoy como próximo presidente del Gobierno de España. Por el contrario, Zapatero nos ofrece más de lo mismo, división y enfrentamientos. Por eso, él y sus socios se empecinan en sacar adelante una Ley de Memoria Histórica que no beneficia a casi nadie, pero perjudica gravemente la convivencia entre todos, y todo para dar satisfacción a sus socios más radicales.
Un ejemplo anecdótico de esta nefasta Ley es lo que le sucede a la cofradía de Nuestro Padre Jesús de los Afligidos y María Santísima de los Desconsuelos, de Cádiz, que en el frontal de su paso con el que procesionan cada tarde de Jueves Santo. Éstos llevan el escudo con el águila en su cartela principal, la cual no tiene pensado quitar.
En declaraciones del hermano mayor de la cofradía, Ramón Velázquez, manifestó que «se trata de un patrimonio de bien cultural» y que no lo van a quitar. Además, recordó que para poderlo tocar tendrían que ser los propios hermanos de la corporación los que lo aprobaran a través de un cabildo. No obstante, señaló que bajo su punto de vista «eso es intocable» debido a la historia con la que cuenta el paso, que fue tallado en 1939 por el imaginero y escultor sevillano Antonio Castillo Lastrucci y es la única obra de este imaginero que procesiona en la Semana Santa de la capital gaditana. Además, el paso, conocido como el de 'la victoria', está considerado como bien de interés cultural.
Maldita la gracia y la necesidad de hacerles cambiar el paso.
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