Una de las características de Zapatero, tanto a nivel nacional como internacional, ha sido la elección de sus amigos políticos entre lo más rancio del anti-españolismo. Así, tarde o temprano tenía que pasar. Sus principales aliados en el extranjero también atacan, ridiculizan e insultan a España. Unos, sus socios aquí en España, queman banderas y retratos del Rey o anuncian referéndums separatistas. Otros, sus amigos allende los mares, insultan a los españoles en los foros internacionales.
Torpemente, la política exterior socialista se ha basado en fomentar la cooperación con líderes sudamericanos que representan una izquierda autoritaria que desprecia la democracia. Con esos amigos, Zapatero se ha encontrado siempre a gusto. Pero dime con quien andas y te diré quien eres, y lo que es peor, al final las amistades peligrosas y las malas compañías te pasan factura, como ha sido el caso. Pero a mi no me sorprende, Zapatero siempre hace lo mismo. Dedica sus atenciones y amabilidades a quienes más desprecian y odian a España. Y como respuesta a su actuación, somos los españoles los que recibimos insultos y desprecios de sus amigos.
Es cierto que esta vez, el Rey estuvo a la altura de las circunstancias y defendió “con un par” nuestra dignidad. Nunca he sido muy monárquico, pero he de reconocer que me ha ganado. Mientras, Zapatero dudó a la hora de defender al ex presidente Aznar, y con él a lo que representa, sin embargo si se encargó en dejar claro que está en sus antípodas. Es cierto, Zapatero está más cerca de un líder populista y radical como Chávez que de un expresidente español elegido democráticamente. Y es que ha estado demasiado tiempo riéndole las gracias a los que ahora se ríen de nosotros.
Los hechos son muy graves, y lo peor es que el gorila sigue subido en la rama, chulo y desafiante, máxime ante la ambigua y débil respuesta diplomática española que no ha sido capaz de contestarle contundentemente. El gobierno, nuestro gobierno, debe dar una respuesta firme a los personajes como Chávez, Ortega y Evo Morales. Es preciso que se reaccione y se adopten acciones diplomáticas, como la llamada a consultas del embajador o la emisión de notas de protesta. Es lo mínimo que cabe esperar.
Esta es otra razón para cambiar de gobierno en las próximas elecciones de marzo. Necesitamos un nuevo gobierno, presidido por Mariano Rajoy, que devuelva a la política exterior española a la posición que corresponde a la octava potencia mundial.
Zapatero ni sabe ni quiere responder a los insultos de que está siendo objeto nuestro Rey e instituciones. Hay cuestiones que hay que tratar con firmeza y convicción, y él no las tiene. Él solo sonríe, pero no por talante, sino para disimular su incapacidad política. Él, con su diplomacia callada de dejar que las cosas las solucionen otros –El Chad-, o que se enquisten –Marruecos- no sirve a los intereses de los españoles.
En cooperación, el primer país es Nicaragua, a donde enviamos más de 300 millones de euros, el cuarto es Bolivia, con un total de 232 millones, mientras que a Venezuela “solo” le damos 100 millones. A cambio Zapatero y Moratinos guardan silencio ante el acoso que los 300.000 españoles que viven en Venezuela sufren por parte de Chávez, permitiendo la invasión de tierras, secuestros y expropiaciones. Tampoco protestan contra los insultos y falsedades a las empresas españolas, que hacen peligrar muchos puestos de trabajo y el ahorro de los accionistas.
Por las amistades elegidas por Zapatero, no tenemos fuerza ni en Iberoamérica, y no digamos de nuestra influencia en Europa, donde pintamos menos que cagaestacas en la Audiencia (el último episodio lo ha pagado Felix Sanz), o las relaciones con Estados Unidos, que no existen. Hemos desaparecido de los foros internacionales de decisión y ahora estamos solos frente a los populismos tabernarios que él mismo ha alimentado.
La imagen patética de Zapatero, sentado e incómodo, incapaz de hacerse respetar y oír por los que insultan a España, contrasta con la del Rey que abandona la sala después de mandar callar a un bocazas bananero como Chávez.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario