Ayer acabamos de debatir las enmiendas parciales presentadas a los Presupuestos Generales del Estado para 2008. La primera conclusión sería que en ellos, Zapatero hace una previsión de crecimiento falsa, distribuye las inversiones para pagar a sus socios nacionalistas y separatistas, y fomenta la desigualdad entre los españoles. Aunque ello no es una excepción, desde que Zapatero nos gobierna ha venido haciendo unos presupuestos malos técnica y políticamente, pero éste último se lleva la palma. Es sin duda el peor de todos, el más electoral y el más insolidario, motivado por la cercanía de las próximas elecciones, por lo que Zapatero añade una política de “cheques-regalo” pero a costa del dinero público.
Por eso no es de extrañar que, por primera vez en la historia, su gobierno se tuviera que enfrentar a seis enmiendas a la totalidad a su presupuesto, es decir, hasta seis grupos parlamentarios han mostrado su disconformidad con la ley más importante que aprueba un Parlamento. Eso nos da idea de la estabilidad política propiciada por Zapatero. Finalmente, su gobierno salvó los muebles presupuestarios con una victoria por la mínima: el apoyo del PNV y dos diputados tránsfugas.
Pero analicemos los números y sacaremos una primera conclusión, son unos presupuestos electoralistas, hechos con la chequera pública, buscando esconder el fracaso político de Zapatero en sus dos grades apuestas, la reconfiguración territorial y la negociación con ETA. En ambos casos el fracaso ha sido estrepitoso, por eso, para hacerlo olvidar, Zapatero se dedica a la propaganda. Pero no se dedica a los videos y cuñas de radio más o menos ocurrentes, utiliza los presupuestos para pagar su campaña electoral y su aparato propagandístico.
La segunda conclusión sería la de que no son coherentes, no identifican prioridades económicas y sociales, y tampoco ponen los instrumentos necesarios para alcanzarlas. Simplemente se limitan a salir del paso, buscando aguantar hasta las próximas elecciones generales y después...ya veremos que pasa.
Por ello, los presupuestos reflejan un conjunto de medidas dispersas, adoptadas de forma totalmente precipitada y que no suponen una política social articulada y coherente. Demuestran claramente que, como no tiene un sólido proyecto de política social y familiar, dedica el dinero público a publicidad electoral.
Por ello, estos presupuestos, suponen un freno en lo económico, un retroceso en lo político, y una indecencia en lo moral, por su uso partidista del dinero de todos. Además estos presupuestos son falsos, ya que se basan en una previsión de crecimiento falsa, como ha reconocido personalmente el Vicepresidente económico, Sr. Solbes. Incluso el Fondo Monetario Internacional opina que el crecimiento en el que se basan los mismos son excesivamente optimistas.
Estos presupuestos también aumentan, otra vez, la presión fiscal, digan lo que digan los socialistas, ya que el gasto previsto es superior al crecimiento estimado de la economía española, acompañado por un incremento de los ingresos por impuestos y cotizaciones sociales, también por encima del crecimiento real de la economía. ¿Esto qué significa? Que otra vez vuelve a subir la presión fiscal en España, como ha venido ocurriendo desde que gobierna Zapatero. Para 2008, la presión fiscal prevista supondrá un coste de 10.500 millones de euros. Y eso sin olvidar que Zapatero había prometido en su investidura no aumentar la presión fiscal.
Pero a mi juicio, lo peor de todo es que los presupuestos de Zapatero no nos preparan para la crisis crediticia internacional. Su gobierno no reaccionó antes, cuando todos los signos anunciaban el cambio de ciclo. Tampoco reaccionó cuando se le pedían medidas para preparar nuestro modelo económico para el mismo. Y ahora, con estos presupuestos sigue cerrando los ojos a la realidad. Por ello, estos presupuestos suponen una ocasión perdida para preparar nuestra economía ante los dudosos tiempos que se avecinan. Todo ello supone una pérdida de confianza, como demuestra el descenso de inversiones del exterior, justo ahora que necesitamos más de 100.000 millones de euros para financiar nuestro déficit exterior.
Los presupuestos son inflacionistas y lo demuestra el repunte de ésta en los últimos meses, atacando directamente los ya maltrechos bolsillos de los españoles. Y también son insolidarios, y para ello basta con echarle un vistazo al reparto de las inversiones territoriales entre las diferentes comunidades autónomas, con distintos criterios para fijar dichas inversiones estatales, según se fije en cada estatuto, lo que supone un ejercicio de dudosa constitucionalidad, ya que obvia los principios de solidaridad y equilibrio territorial fijados en nuestra carta magna.
Finalmente, solo mencionaré que Zapatero se gastará 268 millones de euros en publicidad, con cargo a los presupuestos generales. Y todo para darse autobombo y hacerse propaganda. Nunca un gobierno que ha hecho tan poco, ha gastado tanto para tratar de explicarlo.
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