Saltó la sorpresa, al menos para la inmensa mayoría de albaceteños. Yo he de reconocer que me lo habían anunciado aunque no me lo había creído. Que Pérez Castell tiene muchos problemas dentro de su grupo y ya está harto, se va. Insisto, no me lo creí. Creía conocerlo y, con las diferencias ideológicas que nos separan, pensaba que era un hombre cumplidor, de palabra, fiel a sus compromisos y promesas, pero me equivoqué y he de reconocerlo, me ha defraudado. No lo esperaba de él.
Que no hace seis meses se presentase a la campaña electoral municipal como cabeza de su formación política, con su equipo, con su programa, defendiendo lo hecho y lo que le faltaba por hacer, y ahora decida abandonar a las primeras de cambio, dice muy poco en su favor. ¿Cómo se sentirán los electores que confiaron en que él comandaría la barca municipal? ¿Qué dirán los subvencionados de su abandono? ¿Cómo se lo tomarán en la FAVA o en el FORO? ¿Qué poco ha durado su compromiso para otros cuatro años de Alcalde? Pidió el voto, y apenas recibido, les deja tirados.
Mi opinión es que realmente estaba más quemado que los palos de un churrero. Tenía enfrentamientos y oposición dentro de sus filas -recordemos la elaboración de la lista- y ya entonces amenazó con abandonar, por lo que, los que mandan en el socialismo albaceteño, optaron por “a enemigo que huye, puente de plata”, dicho y hecho. Aguanta y en marzo irás de diputado nacional. Sabiamente no podían dejar pasar la ocasión de utilizarle como cabeza de cartel para asegurar adhesiones al gobierno municipal, pero su renuncia estaba pactada. En cuanto ha pasado el nublo, a la reserva. Para muchos, incluidos sus propios compañeros, eso es simplemente un timo.
Para colmo, ahora se abre el melón. No el de la sucesión, que ese ya lo han resuelto, sino el de quién se incorporará al grupo socialista cuando Pérez Castell renuncie. En teoría le corresponde al discutido, hasta por ellos mismos, Tejada. Lo previsible es que “democráticamente”, despreciando y pasando de la oposición, los socialistas de Barreda –seguro que él no tendrá que comer conejo estas navidades-, se empeñarán en nombrarlo como Adjunto al Defensor del Pueblo, aunque tendrán que aguantar más desgaste que el ya sufrido con la elección del titular de dicha institución, con todo, seguro que asistiremos a otro capítulo de imposición y rodillo “democrático”.
Además, ¿podría la frágil alianza con IU resistir la incorporación de Tejada al grupo socialista? He de recordar que éste humilló, insultó, despreció y vejó a la representante de IU en la anterior corporación, por lo que no sería fácil la convivencia entre ambos en el gobierno municipal. Es más, si se incorpora a la corporación, ¿de que área se encargaría?, ¿acaso de urbanismo?, y entonces ¿que pasa con Antonio Martínez?, ¿Antonio Martínez sería otra vez el sacrificado?. No se lo merece.
La otra opción, la menos traumática y la más razonable, es, que corra la lista, en cuyo caso a quien correspondería incorporarse es a Aurora Zárate, experta en la labor municipal y que no crearía tanto problema a la alianza de gobierno. Pero en todo caso, es paradójico que, Pérez Castell, luchara tanto para que Tejada entrara en la lista municipal socialista, aunque finalmente no saliera elegido, y ahora, que abandona a sus votantes, consiga que el gran beneficiado sea Tejada, si él quisiera menudo problema creaba. Esa es su herencia, se va pero deja un marrón de aquí te espero.
Hablando de herencias. No hay ningún Alcalde de Albacete en la historia de la democracia que haya conseguido ser condenado tantas veces por vulnerar los derechos fundamentales, por impedir la labor de la oposición, por tomar decisiones manifiestamente ilegales, etc. Ninguno ha sido condenado tantas veces.
Ahora, que anuncia que seguirá siendo Alcalde solo hasta marzo, lamento tener que estropearle la despedida, pero vuelvo a obtener otra sentencia del Juzgado de lo Contencioso Administrativo nº 2 de Albacete, según la cual, el Alcalde de Albacete no obró legal y correctamente al impedir u obstaculizar el acceso a los expedientes que figuraban en el orden del día de las Juntas de Gobierno.
Los antecedentes son muy sencillos. Siempre en el Ayuntamiento, la oposición ha tenido acceso previo a los expedientes que se incluyen en el orden del día de la Junta de Gobierno. Hasta que, seguramente como consecuencia de una rabieta de las suyas, decidió poner fin a esa costumbre, de manera que cambió el procedimiento, decidió unilateralmente, como hacen demasiadas veces los socialistas, que dichos expedientes solo podrían ser revisados después de haberse celebrado la Junta de Gobierno, en las dependencias de los respectivos servicios municipales y en el plazo máximo de un mes.
Desde el grupo municipal popular del que entonces formaba parte, entendimos que ello vulneraba nuestro derecho de representación política, por lo que iniciamos el consiguiente procedimiento contencioso administrativo, que ahora ha producido una sentencia que estima nuestro recurso y anula la decisión tomada por Pérez Castell.
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