En cuatro años, Zapatero no ha comprendido que para hacer política en Europa no basta con envolverse en la bandera europea, predicar un europeísmo ingenuo, evitar conflictos, repartir sonrisas, coleccionar fotografías y volver a casa a dormir.
En estos años, los españoles hemos sido huérfanos de un representante que actuara como un verdadero dirigente europeo, capaz de ejercer alguna clase de liderazgo en Europa y de aportar ideas que beneficien a la Unión de los veinticinco.
Tampoco hemos tenido un presidente fiel a nuestros intereses. Lo demuestra el hecho insólito de que, bajo su mandato, España ha pasado de ser el mayor receptor de fondos europeos a contribuyente neto. Ningún país de la Unión ha perdido tanto como España, el 60% de los fondos y el 90% del saldo neto. Es más, la ampliación europea nos cuesta proporcionalmente más que a Francia y Alemania juntas.
En cuanto a las negociaciones agrícolas poco que decir. El futuro del algodón y el tabaco es peor que incierto, y aunque no nos afecte directamente a nuestra comunidad, al final lo hará indirectamente. De la remolacha solo decir que cinco fábricas cierran y la mitad de los cultivos van a desaparecer. Y si hablamos de los precios de los alimentos, Zapatero ha sido incapaz de defender medidas en la Unión Europea para aumentar la oferta y contener lo precios.
Otro dato relevante de los cuatro años de gobierno zapateril es que, España es el último de los países de la Unión Europea en aplicar las directivas comunitarias, y sin embargo, es el primero en cuanto al número de procedimientos de infracción abiertos por la Comisión Europea por violación de la legislación comunitaria. Como Pérez Castell, pero a nivel europeo.
La clave de todo ello es la ausencia de una política exterior definida, consecuencia de no tener claro lo que es Europa y que papel tiene que desempeñar España en ella. Pero para ello hay que empezar por saber que es España. Desde luego, para mi, no es un concepto discutido y discutible. Para Zapatero si.
Lo que es evidente es que la pérdida de protagonismo internacional de España es directamente proporcional a la falta de un proyecto político interno. España es más débil que hace cuatro años, lógico si los socios del partido que gobierna anuncian que este año 2008 harán un referéndum de autodeterminación, o ponen el 2014 como fecha de caducidad para la nación española, o se rompen los consensos que defienden y fortalecen a España. ¿Como nos van a tomar en serio en Europa con lo que está pasando dentro de nuestras fronteras?. ¿Que podemos decir después del vergonzoso proceso de negociación con los terroristas que Zapatero trasladó al Parlamento Europeo?.
Con Zapatero, también en Europa, hemos retrocedido demasiado.
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