En varias las ocasiones he escuchado a Manuel Pérez Castel, flamante cabeza de lista socialista al Congreso, decir que “lo que quiere el PP es meter a los niños en la cárcel”. Tristemente todavía hay personas que -gracias a la política educativa socialista- al oír tamaña gilipollez, se lo creen. Es más, estoy seguro que no son pocos los ingenuos que se tragan a pies juntillas todo lo que dice dicho candidato. Allá cada cual.
Seguramente, las citadas declaraciones las hace Pérez Castell con esa intención, que haya albaceteños de buena fe que se lo crean. Eso, además de mentir y manipular, es ofender a la buena gente y abusar de su influencia. Desgraciadamente lo que debería ser un ejemplo de honradez y franqueza, Pérez Castell lo convierte en todo lo contrario.
El candidato socialista sabe perfectamente lo que propone el Partido Popular y por si no lo sabe, para que aprenda, se lo voy a explicar:
Queremos reformar la Ley de Responsabilidad Penal de los Menores, para, entre otras cuestiones, rebajar la edad de responsabilidad penal en supuestos de especial gravedad o multireincidencia; aumentar las penas de internamiento, e incluso propiciar dicho internamiento en prisión en determinadas circunstancias al cumplirse la mayoría de edad; igualmente se pretende potenciar el papel procesal de las víctimas y perjudicados, y aumentar los plazos de prescripción y de la medida cautelar de internamiento; finalmente, se posibilitará la celebración de juicio en ausencia del menor, en caso de incomparecencia reiterada e injustificada.
Lamentablemente, los socialistas nos tienen acostumbrados a ponerse del lado de los violentos y de los delincuentes, olvidando que hay que estar al lado de las víctimas y los ciudadanos honrados y decentes que no tienen por norma vulnerar la ley.
Quienes en 2003, violaron tres veces, después atropellaron otras tantas y acabaron quemaron viva a la joven Sandra Palo, la justicia los trató con distinto rasero por el echo de que, uno de los autores era mayor de edad -fue condenado a 64 años de prisión por secuestro violación y asesinato-, mientras que los otros tres que intervinieron en tan execrable acto, al ser menores, solo fueron condenados a pocos años de internamiento en un centro de menores y otros pocos de libertad vigilada. Uno parece que ya está en la calle en libertad vigilada, a pesar de ese crimen y de que, entre todos, acumulaban más de 700 denuncias en su contra.
Para mi eso no es justicia. Algo hay que hacer. No puede salir tan barato matar, ni aunque sean menores. Yo quiero que en casos como estos, cuando cumplan la mayoría de edad, la condena que les corresponda pasen a cumplirla en un centro penitenciario, no que en pocos años estén libres como si ya hubieran pagado su deuda.
Seguramente para Pérez Castell, solo se trató de una gamberrada de juventud.
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