El Partido Popular ya tiene candidato a la presidencia del Gobierno de España en las próximas elecciones generales. Mariano Rajoy ha aceptado el reto, con la mayor ilusión y asumiendo la responsabilidad que conlleva. Y lo primero que ha hecho ha sido marcar el objetivo, el único objetivo, ganar las elecciones y gobernar.
Para conseguir ese objetivo, el PP tiene muchos activos y unos principios muy firmes que los españoles conocen. Es un partido con palabra, un partido fiable, que sabe gobernar en las dificultades y en los momentos de incertidumbre y lo ha demostrado. Es independiente y también lo ha demostrado, y además tiene los mejores equipos.
Por eso, el PP está elaborando un programa para los españoles y para nadie más. Y en esa dirección, hará una campaña electoral para hablar con los españoles, diciéndoles lo que piensa y lo que cree que conviene a España. Y les pedirá su confianza para hacer aquello que necesita España, y para nada más. Nada de tripartitos o sexta partitos. Para el PP no vale cualquier apaño con tal de gobernar.
Creo que debe gobernar quien gane las elecciones. Zapatero ya ha dicho que no intentará formar Gobierno si no gana, pero quien le cree después de lo que ha hecho. Rajoy también se ha comprometido y a él si lo creen los españoles.
No obstante, Rajoy se ha comprometido a que, cuando forme Gobierno, intentará recuperar los grandes consensos nacionales, y que representan a la mayoría. Esos que rompió Zp por primera vez desde 1978. España y la estructura territorial del Estado; la lucha contra el terrorismo; la política exterior; y la consolidación y modernización de nuestro sistema de protección social.
Desde marzo de 2004, el PP ha demostrado ser un gran partido, con una militancia de primera y unos dirigentes que han sabido estar a la altura de las circunstancias. Se ha trabajado en las condiciones más difíciles, con muy pocos apoyos y superando muchas dificultades. Se ha ganado las últimas elecciones municipales. Por primera vez, desde el año 2000, se ha vuelto a ganar unas elecciones en las que los españoles pudieron opinar.
Hoy el PP es la opción de Gobierno más probable para los próximos cuatro años, por eso los socialistas y sus medios afines -que están muy preocupados- intentan crear un ambiente artificial para trasladar la sensación de que su victoria es irreversible, pero perderán las generales de 2008, como perdieron las recientes elecciones municipales. No tienen nada nuevo que decir, solo hablar del pasado y echarle la culpa de todo al PP, ni nada que ofrecer, salvo ocurrencias electoralistas que les estamos oyendo a la desesperada. Intentarán disimular para tapar sus errores, pero ya nadie les cree ni se fía de ellos.
Los españoles tenemos fresca la memoria de lo que hemos vivido estos tres años y medio y es muy difícil que se vuelvan a equivocar y permitir que se repita. Nadie recuerda en España una etapa como ésta. Zp ha jugado con lo más importante, con España, ha intentado aislar a la mitad de los españoles. Ha roto consensos básicos que nos unían desde la aprobación de la Constitución. Ha inventado problemas donde no había, obviando las inquietudes, las necesidades y las preocupaciones reales de los españoles.
Para Zp, España no es una realidad nacional histórica, es simplemente una realidad contable, un reparto de competencias y de transferencias para seguir mandando que no gobernando. Para Zp que esto afecte a la viabilidad del Estado o a la igualdad de los españoles es lo de menos, lo que le importa es seguir en su sillón al precio que sea. Y el resultado ha sido el aumento de las desigualdades entre españoles según su lugar de residencia y la debilidad del Estado constitucional frente a los separatistas y nacionalistas.
Incluso ha logrado algo sorprendente, ha conseguido que militantes y cargos de su propio partido tengan que crear otro para defender lo que hasta su llegada al Gobierno defendía el PSOE, la idea de España.
Terminaré con otro asunto que ha marcado este periodo que acaba. Pocos entienden que una organización terrorista le puede ganar la batalla a una nación como la nuestra. Podrá hacerle daño, mucho daño, pero nunca podrá lograr sus objetivos políticos si enfrente no tiene a alguien que se rinda. Los terroristas sólo tienen una posibilidad de ganar, sólo una: que alguien acepte negociar y pagar por dejar de matar y extorsionar. Por eso, en su día, el Partido Popular y el PSOE acordaron que gobernase quien gobernase España, no se negociaría con ETA. Eso significaba quitarle a ETA la esperanza de ganar.Pero en esto, Zp también rompió la unidad de acción plasmado en el Pacto por Las Libertades y Contra el Terrorismo que él personalmente había firmado. El resultado de su empecinamiento en negociar con los terroristas es el conocido. Ahora hay que preguntarse ¿en qué se han beneficiado los españoles de estas operaciones?. Por su parte, el PP siempre ha dicho lo mismo, apoyo al Gobierno para derrotar a ETA, no para negociar con ETA.
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