¿Que ha pasado en la España de Zp?

Todos coincidiremos en reconocer que España experimentó un gran salto adelante entre 1996 y 2004. Por eso es más fácil de entender que Zp, ante la herencia económica recibida y ante su falta de ideas optó por no hacer nada, prefirió la política del ‘tancredismo’, o lo que es lo mismo, vivir de las rentas recibidas.
Hasta ahora las cifras macroeconómicas eran razonables, pero hace tiempo que se viene advirtiendo la existencia de al menos dos problemas importantes: la competitividad de nuestra economía, que tiene el mayor déficit exterior de los países desarrollados, y el imparable endeudamiento de las familias y de las empresas, lo cual no es moco de pavo.
No obstante, Zp hizo una de sus apariciones estelares para afirmar que la situación de la economía española era envidiable, éramos los mejores, estábamos en la “champion ligue”, demostrando que es un presidente alejado de la realidad y absolutamente insensible a las preocupaciones de las familias españolas.
Que no sea capaz de conocer y reconocer las dificultades de las familias para llegar a fin de mes, el importante aumento de los precios de los alimentos, la subida imparable de las hipotecas, el precio excesivo de la vivienda, la proliferación de los ‘mileuristas’, la precariedad del empleo o la insuficiente cuantía de las pensiones, dice poco en su favor.
Por eso lo único que nos puede ofrecer Zp, cara a las próximas elecciones de marzo, son cuatro años más de lo mismo. Me refiero a su especialidad en crear problemas donde no los había, dividir a los españoles, romper consensos básicos, etc., dejando escapar cuatro preciosos años para preparar la economía española y competir en un mundo global, liquidando la gran herencia económica recibida y generando la incertidumbre y preocupación en las familias. Por eso el PP tiene la obligación de ganar estas elecciones y sacarnos del deterioro que venimos sufriendo.
Son muchos los asuntos en los que Zp se ha equivocado. Uno su idea de España, otro su diálogo con los terroristas, y ambos errores los españoles no los van a olvidar, a pesar de que ahora haya puesto en marcha una campaña de marketing, que consiste en aparentar ser más españolista que nadie y el más duro y firme contra ETA. Pero ya se le vio el plumero y no puede engañar a todos durante mucho tiempo más.
La credibilidad de Zp está por los suelos, finiquitada y ahora, cuando los momentos de incertidumbre y dificultades aumentan, se necesita gente seria, capaz y fiable para resolver los problemas que ya están llamando a nuestras puertas. Y lo que se necesita es la experiencia del Partido Popular, que ya demostró saber gobernar con eficacia, con principios y valores, que conoce los desafíos que se nos avecinan, que sabe cuáles son los objetivos políticos y que tiene el mejor programa de Gobierno que ningún partido político haya hecho en España desde 1977. Se acaba el tiempo de las chapuzas, las ocurrencias, las improvisaciones y los Gobiernos sin rumbo.
Por ello, el PP propone a Mariano Rajoy y el primer motivo que éste da es que quiere ser presidente del Gobierno de España porque es su país, porque quiere a España y porque siente a España. Y quiere ser presidente para defender la España constitucional, la cohesión y la igualdad de los españoles. Para defender la libertad, para acabar con ETA, para ocuparse del bienestar de las familias españoles y de su seguridad. Quiere ser el presidente del Gobierno de España y poner fin a la etapa de Zp, lisa y llanamente porque es lo que le conviene a España.
Los españoles necesitamos seguridad y alguien en quien poder confiar, y ese es Mariano Rajoy, por eso los españoles harán que gane el Partido Popular. Para devolver España a los españoles, para enderezar el rumbo, para aplicar el sentido común, para proclamar que somos una nación, que en España solo existe una familia nacional y que la formamos todos los españoles.
El PP quiere ganar para defender que la soberanía pertenece a los españoles, no a estos, ni aquellos, ni a los de más allá, sino a todos y a todos por igual. Vivan donde vivan, piensen como piensen, recen como recen, sean como sean, porque España es de todos y no ésta o aquella España, sino toda.
Queremos seguir viviendo en la España de las autonomías, no la España de las soberanías, lo que significa que todos los españoles, todos, somos iguales en derechos y obligaciones, y todos somos iguales ante la ley. Porque por encima de ser gallegos, andaluces o castellanomanchegos somos españoles. Eso es lo importante y eso nos une.
Y somos solidarios, y solidario viene de sólido, que significa que formamos un cuerpo que comparte la existencia, y en el que nada de lo que ocurra a uno de sus miembros es indiferente para los demás, lo quieran o no lo quieran estos.
Los españoles necesitamos recuperar lo que es nuestro. Los españoles añoramos los tiempos de la sensatez, del buen juicio, no queremos más aventuras, más experimentos y el caminar hacia atrás. Los españoles queremos un Gobierno que se ocupe de nuestros problemas reales, que los resuelva y no los cree, sin hipotecas, y que piense en España y en la nación española.

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