Gestión médica.

La sanidad ha avanzado en España una barbaridad. Algunos piensan que va demasiado deprisa y así pasa. Hay carreras por abrir hospitales y centros de salud, pero no hay suficiente disponibilidad de personal médico y sanitario para atender dichas instalaciones.
Es más, incluso hay quienes creen conveniente recuperar estas competencias para el Estado Central. Así se evitaría rigideces y estancamientos sanitarios como los que se están produciendo, según de que comunidad se trate. Y no hablemos de las diferencias salariales entre los profesionales, dependiendo del lugar de trabajo. Por eso no es de extrañar que unas comunidades les roben los especialistas a otras. En Castilla La mancha lo estamos sufriendo en primera persona.
Valga como ejemplo lo que me cuenta un amigo, profesional especialista cuyo nombre omitiré por prudencia. Resulta que como necesitamos especialistas para nuestros hospitales, al gobierno regional de Castilla La mancha, como al resto de comunidades, se le ocurre ir a buscarlos fuera.
Tiene dos posibilidades, traerlos de hispano-américa, con lo que llevan la ventaja del idioma, pero el inconveniente de la homologación de sus títulos, lo cual lo hace más farragoso y lento, o bien ir a buscarlos a centro-europa, cuyos estudios son fácilmente homologables pero tienen el inconveniente del idioma.
Castilla La Mancha, en este caso que me cuentan, opta por esta última posibilidad y contratan a seis cirujanos especialistas en Polonia. Antes de venir a Albacete, les pagan un curso acelerado de castellano, insuficiente para atender a los pacientes en consultas, por lo que, cuando vienen a nuestra ciudad, solo se dedican a operar en quirófanos. El marrón de las consultas para los españoles.
Pero cuando apenas llevan un poco tiempo, estos especialistas polacos reciben la oferta del gobierno canario, que como todos, está loco buscando especialistas. Les ofrecen mejores condiciones y como a ellos les da igual Albacete que Santa Cruz de Tenerife o Las Palmas, allá que se van, dejándonos con un par de palmos de narices.
Menuda gestión.