Se acabó la duda

Terminaron las elucubraciones. Los socialistas han ganado las elecciones. Son los vencedores sin duda. Los socialistas han sido capaces de aglutinar los votos de la izquierda más radical y separatista, consiguiendo hundir a las formaciones que le apoyaron en la pasada legislatura, como Izquierda Unida y Ezquerra.
El Partido Popular ha sido quien más ha crecido en votos y en porcentaje, mientras que en número de escaños, de momento, ha conseguido cinco más, los mismos que los socialistas. El Partido Popular ha subido en más de 400.000 votos, cuando el Partido Socialista apenas ha aumentado en 38.000 votos sus resultados de marzo de 2004.
En porcentaje, el PP ha aumentado 2,47 puntos sus resultados, contra los socialistas que solo han subido un punto sobre marzo de 2004. Por su parte, en escaños los populares han obtenido seis más, incluido el último conseguido por Barcelona –gracias al voto emigrante- y que ha arrebatado a CIU. Es decir, que es la fuerza política que más ha aumentado su representación en el Congreso de los Diputados.
Dicho esto, la primera lectura sería que, el frente contra el PP escenificado en la pasada legislatura ha pasado factura a todos los que lo formaban, salvo los socialistas que se han aprovechado de él. Todos los grupos parlamentarios que apoyaron a Zapatero, Ezquerra, Izquierda Unida, PNV, e incluso CIU, han perdido votos y escaños a favor de los socialistas. Los minoritarios deberían aprender que apoyar a los socialistas renunciando a su espacio, supone iniciar el camino de la desaparición.
La segunda conclusión es que, Zapatero, ha ganado nutriendo su electorado en la izquierda, los nacionalistas y los separatistas, mientras que el PP lo ha hecho consiguiendo votos moderados y del centro. Ese es el camino correcto.
Es triste, pero no hemos conseguido echar a Zapatero y, el peor presidente de Gobierno de la historia de nuestra democracia, seguirá instalado en La Moncloa – en principio – cuatro años más. Pero el PP ha avanzado muy mucho y seguirá haciéndolo, siempre defendiendo nada más que los intereses generales de España y trabajando para dar respuestas a los problemas reales y los retos de futuro de los españoles.
El crecimiento espectacular obtenido por el PP no solo se debe a la buena labor que ha realizado desde la oposición, hay que reconocer que, a pesar del cordón sanitario, del pacto del Tinel, y de todas las artimañas por aislarlo, ha recibido el apoyo de organizaciones de la sociedad civil que han mantenido un nivel de movilización importante durante toda la legislatura. Estoy seguro que el PP no les defraudará.
Por su parte, Zapatero ha celebrado su victoria como solía, con engaños y mentiras. Basta comparar sus palabras la noche de las elecciones con las pronunciadas hace cuatro años. Son las mismas promesas: diálogo con todos, consenso en los grandes temas, pacto de Estado, erradicación de la crispación, colaboración, tolerancia… Palabras huecas que repite una y otra vez y que no se corresponden en absoluto con la realidad de sus acciones.
Ahora tenemos cuatro años por delante para convencer a una parte de los que han confiado en Zapatero de que no es el adecuado para hacer frente a la crisis económica . Es cierto que vamos a perder un tiempo precioso y pagaremos las consecuencias, pero es lo que ha decidido la mayoría de españoles, hay que aceptarlo y acatarlo. Ya llegará el momento de lamentarse y arrepentirse de la elección.
No quiero callar mi discrepancia con su proyecto, porque estoy convencido que atenta contra la unidad de España y supone la derogación – por la vía de hecho – de nuestra Constitución. No comparto su concepto de avances sociales -aborto libre, eutanasia, equiparación de matrimonio y uniones homosexuales, adopción de niños por homosexuales, ....-, ni la imposición coercitiva de Educación para la Ciudadanía.No estoy contento, ni me alegro de lo sucedido.

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