Ya lo dijo José María Aznar, la izquierda tiene alergia a la historia, al himno y a la bandera de España, y añado yo, extremándolo hasta el punto de no reconocerlos como propios. Ese sentimiento viene dado por su ignorancia y desconocimiento de nuestra historia, por eso siguen anclados en el pasado, en el odio y en el rencor de los derrotados, recordando, como hace unos días, los tiempos de la II República.
Les ilustraré brevemente. Con la llegada del rey visigodo Ataulfo y la caída del imperio romano, comienza la denominación de la llamada España cristiana. En el 711, los musulmanes nos invaden, llamándola Al-Andalus, perdiendo España su identidad como tal. En el 718, Don Pelayo los derrota en Covadonga y funda el Reino de Asturias. En 1.492 los Reyes Católicos, reconquistan el último reino musulmán, Granada. Reunificando todos sus reinos, Castilla y León, Aragón y Navarra. El nuevo reino vuelve a llamarse España. Fue entonces cuando se creo el escudo de España.
Este incluía el Águila de San Juan, representando la evangelización que España llevó a todos sus territorios. El yugo y las flechas, emblemas personales de Isabel y Fernando. La corona real, que representaba a España como reino. Y los emblemas de los reinos reunificados, Castilla, León, Aragón y más adelante Navarra y también Granada simbólicamente. Aunque parezca mentira, ni Cataluña ni el País Vasco existían como reinos, aunque ahora parece que son más antiguos que el sol.
Carlos I de España y V de Alemania, añadiría las columnas de Hércules, coronadas y envueltas con el lema “Plus Ultra”, que significa más allá del mar -antes del descubrimiento de América se decía que no había más allá del mar “Non Plus Ultra”-.
La II República, de 1931 a 1936, eliminó el Águila de San Juan -era un símbolo cristiano-. También las columnas de Hércules -eran de la casa real-. Cambió la corona real por otra mural. Y dejó, cambiando su disposición, los emblemas de los reinos tradicionales de España. Añadiendo lemas de la revolución francesa, como libertad, igualdad y fraternidad. También lemas de la francmasonería.
En 1939, llegó Franco, y recuperó para el escudo nacional todos los símbolos de la corona, cristianos e históricos. Luego, en el primer ejemplar de la Constitución de 1978 firmado por el Rey Juan Carlos I, se conservó todos los símbolos nacionales, incluido el Águila de San Juan. Dicho texto no hace referencia al escudo nacional, pero aparece dibujado tal cual. Sí establece los colores rojo y gualda de nuestra bandera.
En 1981, a través de una ley orgánica, y solo para uso en instituciones, se establece el escudo institucional, que no nacional, eliminando los símbolos cristianos históricos, pero respetando los reales. A pesar de ello, la corona de España conserva una cruz católica, ya que las coronas reales españolas siempre llevaron una cruz. Todos los reyes españoles fueron coronados bajo el lema “Por la gracia de Dios”. Por tanto, este escudo, que no aparece en el texto constitucional original, podría ser modificado por cualquier gobierno sin necesidad de modificar la Constitución.
Dicho escudo es similar al de la II República. Vuelven los emblemas de los reinos de España con la misma disposición que en dicha época y se cometen errores heráldicos para incorporar los símbolos borbónicos de las tres flores de lis, símbolos históricos de la monarquía francesa unida a la española.
En resumen, el escudo con el Águila de San Juan no es un escudo inventado por Franco, ni franquista, puesto que en 1492 Franco no había nacido. Y tampoco es un escudo anticonstitucional, ya que la Constitución no establece escudo alguno, aunque si aparezca dibujado. Por el contrario, la bandera que representa a la II República, la tricolor, es absolutamente preconstitucional, ya que no respeta la establecida en el texto de nuestra Carta Magna. Además, elimina en su escudo los emblemas de la casa real, negando que España sea una monarquía parlamentaria. Lo dicho, juran acatar la Constitución, pero no asumen ni la historia, ni el himno, ni la bandera de España.
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