Se les ha visto el plumero

En el conflicto sindical del Ministerio de Justicia, la actuación de la cúpula dirigente de UGT ha sido patética. Parece mentira que un sindicato nacional, con la historia y la importancia de UGT esté dando este espectáculo. Convertirse en esquiroles contra sus propios afiliados y el resto de trabajadores de justicia. ¡¡Vaya ejemplo!!
Independientemente de las razones y motivos del paro en Justicia, que la dirección nacional del sindicato puentee a la sección sindical y unilateralmente decida cambiar de bando, solo puede calificarse como de traición. Y tarde o temprano los trabajadores se cobrarán esta afrenta.
UGT siempre ha sido el brazo sindical del PSOE. Salvo en una época en la cual, las discrepancias entre ambas formaciones, en cuanto a la utilización del sindicato por el partido llevó a una ruptura entre ambas. Aún recuerdo algún político que compartía sillón, tanto en el sindicato como en el partido, por lo que tuvo que optar por uno de ellos. Naturalmente eligió el mejor pagado, por lo que renuncio a su cargo en el sindicato y continuó como Diputado Regional Castellano Manchego.
Ahora, la dirección nacional ugetista ha preferido la adhesión en vez de la confrontación. Y es que es muy difícil morder la mano de quien te da de comer. No es de ser agradecido, aunque quien te alimenta te maltrate y humille como es el caso.
La huelga de los trabajadores de justicia es de justicia, nunca mejor dicho. Tienen toda la razón. Todo el derecho. Sus reivindicaciones son razonables. Y merecerían que el gobierno las atendiera. Desde aquí mi respaldo y solidaridad.
Otra cosa es el perjuicio que esta huelga está provocando en el funcionamiento normal de la justicia. Algo inevitable cuando se produce un paro tan largo. Lamentablemente siempre pagan los que menos culpa tienen, los usuarios. Pero es lo que tiene contar con un gobierno en funciones que, aunque sigue cobrando como el primer día, no se ocupa de resolver, entre otras cuestiones, este conflicto.
La solución es complicada. Máxime si al frente del ministerio en cuestión hay un sectario, cuya chulería y soberbia supera con creces la media nacional. Insultar y atacar a los trabajadores no es la mejor forma de resolver el problema. Y además, este conflicto será ejemplo para el resto de reclamaciones de los funcionarios que el Estado de las Autonomías ha generado.No es de recibo que funcionarios, de la misma categoría y haciendo el mismo trabajo, cobren distinto de sueldo base en función de donde trabajen o de quien dependan. No se puede aguantar que un Guardia Civil o un Policía Nacional en Cataluña cobre hasta 600 euros mensuales menos que un Mosso de Escuadra. Y este es solo un ejemplo. Esas diferencias existentes son injustas y hay que arreglarlas ya.

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