Acabamos de conocer la última hazaña del gobierno zapateril. En plena crisis económica, lo vistan como lo vistan, no se les ocurre otra cosa que aprobar otra subida de la tarifa eléctrica. Eso sí, nos lo venden con mucho marketing y ocultando que esta subida es la mayor aprobada en los últimos 25 años.
ZP se comprometió públicamente a aumentar las tarifas eléctricas en línea con la inflación en 2008, y tras la subida del 3,3% en enero, y la de hace pocos días, en lo que va de año ya la ha aumentado casi un 11%, casi el doble de la ya de por sí alta tasa de inflación (4,7%). Y puede que ésta no sea la última subida en 2008.
Para despistar -yo diría engañar- a la opinión pública ante esta brutal subida, ZP se escuda en que eximirá del pago de los costes fijos del suministro, que no del consumo eléctrico, a aquellos clientes que tengan contratada una potencia máxima de 3 Kw. Esta medida supone una rebaja máxima del 10% de la factura a un colectivo no superior a 4 millones de hogares, y sin embargo perjudica a más de 20 millones que verán fuertemente incrementada su factura de la electricidad.
Y yo califico de engaño porque esta medida que califican de tarifa social solo se aplica teniendo en cuenta exclusivamente la potencia contratada, no el nivel de renta -presuponen que va parejo-. En consecuencia un soltero de renta alta que viva en un apartamento pequeño, o que consuma poca energía, se beneficiará de una tarifa especial sufragada por familias mucho más humildes.
Como nada es gratis, esta medida la pagarán el resto de consumidores con un nuevo sistema progresivo de tarifas, de manera que a mayor consumo, mayor tarifa por kw. O lo que es lo mismo, las grandes perjudicadas, como casi siempre que hace algo este gobierno, serán las familias numerosas que lógicamente necesitan un mayor consumo eléctrico para sus hogares.
La realidad es que, con el engaño de beneficiar a cuatro millones de hogares –ya serán menos-, se perjudica a otros veinte millones. A todo esto, la subida ha estado rodeada de una total falta de transparencia, de informaciones contradictorias, de datos erróneos, etc., por lo que aún se desconoce el incremento medio de las tarifas, cómo se articulará y cuáles son los tramos de la tarifa progresiva. Cuanto más confusión, más desinformación y más desapercibida pasará el tarifazo.
Estas medidas que van directamente contra el bolsillo de los que más sufren la crisis que niega ZP, son consecuencia directa de su incompetencia y falta de previsión, demostrando su mala gestión para encarar una situación como la que sufrimos. Si además lo unimos a la constante subida de precios de la gasolina, gasóleo, o artículos de primera necesidad, comprobaremos como los que mayor padecen la crisis son las familias, los autónomos y las empresas.
Pero el tarifazo eléctrico no es una casualidad, sino consecuencia de los tejemanejes que realizó el derrotado y ahora Ministro Miguel Sebastián, cuando desde su refugio de La Moncloa se dedicó a interferir en operaciones empresariales del sector energético -con poco éxito por cierto-. Los consumidores hemos empezado a pagar su injerencia.
Contra esta política, el PP propone combatir el exceso de intervencionismo en este sector y fomentar la eficiencia y competencia en el mercado. Para ello es necesario contar con un marco de regulación que incentive tanto la inversión en generación como la libertad de los consumidores para poder elegir.
Es absurdo modificar tarifas permanentemente para satisfacer a unos u otros. El modelo a seguir es el de otros países europeos como el británico o algunos escandinavos en los que, garantizándose una tarifa refugio para un grupo reducido de consumidores, el resto acude al mercado. En esos mercados existen organizaciones de consumidores que sindicadamente tienen un gran poder de negociación al comprar juntos.Es otra diferencia entre los que prefieren intervenir y los que quieren liberalizar.
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