Eso es lo máximo que reconoce Zapatero respecto a la crisis económica que todo el mundo vive y padece. Aunque yo creo que en realidad prefiere no reconocerlo, para no tener que tomar ninguna medida específica que sería como pedirle peras a un olmo.
Esa ligera desaceleración zapateril se traduce en una pérdida de confianza de los españoles que, según el sondeo publicado recientemente por el CIS, en abril pasado apenas un diez por ciento de los españoles consideran que la situación económica es buena o muy buena –casi seis puntos menos que un mes antes-. Por el contrario, en dicho mes de abril, más del cuarenta y seis por ciento opinan que la situación es mala o muy mala –casi diez puntos más que el mes anterior-. Si hablamos del futuro, en abril, apenas poco más del diez por ciento piensa que la situación irá a mejor, mientras que más del cuarenta y seis por ciento opina que irá a peor.
Si nos vamos a los datos del ICO, el indicador de confianza del consumidor en mayo ha caído casi siete puntos y medio respecto a abril, situándose en 56,4 puntos, mientras que en abril del año pasado estaba en 94,4 puntos. Por su parte, Eurostat indica que el indicador de sentimiento económico español está en el nivel más bajo desde octubre de 1993. Todo esto demuestra que la confianza está bajo mínimos y Zapatero parece no darse por enterado. Y es que no hay más ciego que el que no quiere ver.
Por su parte, el índice de precios al consumo del INE, sitúa la inflación española de mayo en el 4,7%, habiendo experimentado un aumento de medio punto respecto al mes anterior, habiéndose ampliado el diferencial de inflación en dos décimas.
El paro sigue creciendo sin descanso, habiéndose registrado 15.058 personas más en mayo. Este aumento supone 380.344 personas más paradas que hace un año. Es más, habría que remontarse hasta 1997 para encontrar un aumento de paro en el mes de mayo. Paralelamente, la tasa interanual de afiliación a la Seguridad Social apenas llega al 0,78%, la más baja desde octubre de 1994.
No acaba aquí la cosa, el Banco de España tampoco apuesta por la ligera desaceleración zapateril. Según este organismo, en los primeros meses del año, nuestro déficit exterior ha aumentado más del diecinueve por ciento -el 11,3% del PIB-, frente al poco más del nueve y medio que aumentó en el último trimestre del pasado año 2007.
Los datos del consumo tampoco dan la razón a Zapatero, ya que, según el INE, las ventas al por menor desde abril han disminuido casi el tres y medio por ciento, siendo este índice negativo desde las navidades pasadas. Por su parte, la venta de automóviles ha caído más del veinticuatro por ciento respecto del mismo mes de 2007, siendo este descenso de casi el quince por ciento desde enero a mayo de este año 2008.
Si nos vamos al turismo, tres cuartas de lo mismo. Las pernoctaciones en hoteles por clientes nacionales, han bajado más del veintiuno por ciento respecto al mismo mes del año pasado. Aquí nos encontramos un dato positivo, aunque no suficientemente compensador, y es que las pernoctaciones en hoteles de clientes extranjeros han aumentado un dos por ciento respecto al mismo mes del pasado año.
Y por fin llegamos a los datos que revelan el momento del sector de la construcción. Según el INE, el porcentaje de hipotecas que se han constituido en marzo pasado ha sido un cuarenta por ciento menos que el mismo mes del año pasado. Mientras que esa reducción de enero a marzo ha sido de más del treinta por ciento.
Lógicamente, el índice de producción de la construcción en marzo, ha caído hasta un diez por ciento menos comparado con el mismo mes de 2007. Por su parte, ese descenso, desde enero a marzo, ha sido de casi el ocho por ciento.
Finalmente, la OCDE acaba de anunciarnos otro más augurio al decir que España apenas crecerá este año un 1,6, por su puesto menos que la media europea y muy lejos de las previsiones zapateriles aprobadas en los presupuestos.
“Casi ná lo del ojo y lo llevaba en la mano”.
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