Las más perjudicadas.

La difícil situación que vivimos está haciendo estragos en muchas capas de nuestra sociedad, pero, principalmente afecta a las familias. Como consecuencia de ello, las familias españolas alcanzarán este año el límite más alto jamás conocido de endeudamiento, llegando a contabilizarse en estos momentos hasta medio millón de familias con todos sus miembros en paro.
Tenemos que proteger a la familia, como núcleo principal de nuestra sociedad y para ello hay que conseguir que la conciliación de la vida familiar y laboral deje de ser solo palabras, para pasar a ser una realidad, lo cual será imposible si sigue aumentando la temporalidad y la precariedad del empleo. Hay que recordar que la España de Zapatero encabeza el ranking de temporalidad en la Unión Europea, cuya media es la mitad que la que se registra en nuestro país.
Esta situación no solo no ayuda a conciliar la vida familiar y laboral, sino que en muchos casos supone un obstáculo para formar una familia, que además necesita estabilidad y en España cada vez tenemos menos estabilidad y más desempleo.
Otro de los elementos básicos para conseguir realmente la conciliación laboral es la necesidad de guarderías con horarios compatibles con los laborales. Sin ellas es imposible conciliar trabajo y familia. Y en este punto hay que recordar que, Zapatero, prometió en 2004 destinar mil millones de euros para crear plazas de guarderías para niños de 0 a 3 años. Solo quedó en eso, en otra promesa incumplida.
Aquí nos encontramos otro record zapateril, conseguir que España sea el país de la Unión Europea que menos destina a gasto social dedicado a las familias. Exactamente dedicamos el 0,60%, mientras que la media europea alcanza el 2,20%, es decir casi cuatro veces más. Eso sí es apostar por la familia. Eso supone, por ejemplo, que las alemanas reciben 154 euros por hijo, en Luxemburgo 216 euros (en ambos países sin límite de rentas). La media europea es de 125 euros por hijo. En España, las mujeres reciben menos de 25 euros y el 85% no puede percibirlos por los límites de ingresos. Así no es de extrañar que España tenga uno de los índices de natalidad más bajos del mundo: 1,37 hijos por mujer. Este índice ni siquiera garantiza el relevo generacional ni es suficiente para la sostenibilidad de nuestro sistema de pensiones.
El mínimo apoyo a la familia por parte de Zapatero es especialmente grave en este momento de crisis, porque es la familia la más importante red de protección social que, en momentos como este, es capaz de evitar importantes conflictos sociales. Pero para Zapatero, la familia no necesita una especial atención y protección, como lo demuestra que las políticas de familia están escondidas –y diluidas- entre los grandes problemas de la educación y los grandes temas del deporte.
Antes escuchábamos las charlatanerías del Ministro Caldera, el cual prometió hasta hartarse. Quien no recuerda el Plan Integral de las Familias, que no llegó a hacerse; o la Secretaría de Estado de la familia, que tampoco llegó a crearse; la extensión de la paga de los 100 euros a todas las madres, que quedó en agua de borrajas; la tan traída y llevada Ley de Dependencia, sin recursos financieros suficientes; etc. En definitiva pasamos de las mentiras de Caldera durante la pasada legislatura al silencio sobre la familia de la Ministra Cabrera. Hablen o callen no hacen nada por la familia.
Todo lo contrario ocurre con el Partido Popular, nosotros sí creemos en la familia, porque son la base de nuestra sociedad y porque garantizan el futuro de esta. Por eso diseñar y apoyar políticas específicas de ayuda y protección a la familia es practicar los principios de justicia, solidaridad y equidad.Lamentablemente, Zapatero no cree en la familia, por eso cualquier apoyo a esta lo considera un gasto social que cuando la economía va mal hay que reducir. Rajoy opina todo lo contrario, siempre hay que aumentar el apoyo a la familia y en tiempos de crisis aún más si cabe. Son las que peor lo están pasando.

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