Solo han pasado 100 días, y en tan poco espacio de tiempo Zapatero ha perdido margen de maniobra y perspectivas de futuro, viendo como el crecimiento de nuestra economía se ha reducido hasta casi el 0%, la inflación ha seguido subiendo imparable hasta situarse en el 5,1%, y el índice de confianza se ha desplomado hasta el 51,7%.
Han bastado 100 días para que los españoles hayamos perdido en calidad de vida y poder adquisitivo. El euribor ha llegado al 5,4%, lo que ha encarecido las hipotecas en una media de 240 euros, y la cesta de la compra alrededor de 10 euros.
Apenas 100 días y nuestro mercado de trabajo ha perdido estabilidad y seguridad, aumentando en 90.000 parados más, estando camino del 11% de paro. Paralelamente se han destruido más de 45.000 empleos, de los cuales 10.000 son jóvenes y 18.000 inmigrantes. Sin olvidar el permanente aumento de la temporalidad y la precariedad del empleo, que ven como se han firmado 15.000 contratos indefinidos menos.
En 100 días apenas hemos avanzado en la igualdad entre hombres y mujeres, como demuestra que las mujeres siguen teniendo más dificultades para acceder al mercado laboral, sin olvidar que continúan teniendo las mismas dificultades para conciliar su vida laboral y familiar, ante el incumplimiento de crear chorrocientas mil plazas de guarderías.
En estos 100 días la inmigración ilegal ha seguido aumentando y con ella el drama que supone para aquellos que siguen jugándose la vida, a veces perdiéndola, a bordo de los innumerables cayucos que siguen llegando a nuestras costas, desbordando los centros de acogida y que, tras un periodo de retención, son trasladados a la península y abandonados a su suerte con solo un bocadillo y un puñado de euros en sus bolsillos.
Han sido suficientes 100 días para que comprobemos hasta donde hemos llegado hoy en España, asistiendo escandalizados a la convocatoria de un referéndum ilegal por parte del lehendakari Ibarretxe, que, esta vez sí, ha sido convenientemente respondida con una postura común entre el gobierno y la oposición del PP.
Transcurridos 100 días, hemos seguido sufriendo la pésima gestión zapateril con ejemplos de todo tipo, desde el colapso de la justicia, la crisis del Playa de Bakio, el caso del aceite de girasol o los problemas de escasez de agua que provocaron la aprobación de un trasvase, perdón transferencia, del Ebro con sólo 15 días de vigencia.
Solo en 100 días la conflictividad laboral se ha disparado, las huelgas se han multiplicado, la delincuencia aumenta sin parar, la inseguridad crece y la convivencia se resiente, especialmente por políticas de acoso al castellano, negadas, consentidas y alentadas por Zapatero. Con tal de mantener el apoyo nacionalista, lo que sea.
En resumidas cuentas, en estos 100 días hemos visto como Zapatero ha convertido a su gobierno en el que más altos cargos de la historia de la democracia ha tenido, y contrariamente el que menos trabaja. Solo niega la realidad, esconde la cabeza bajo el ala y espera que escampe. Menudo estadista. Vaya ojo tuvieron 11 millones de españoles. Solo basta recordar que estos 100 días, Zapatero se ha dedicado al laicismo, el aborto, la eutanasia, etc., prioridades que distan mucho del resto de españoles. A estos les preocupa el paro, los problemas económicos, la vivienda, la inmigración ilegal, la delincuencia, no poder educar a sus hijos en castellano, no poder expresarse libremente en la lengua materna, etc..
Y al respecto, ¿que ha hecho Zapatero? Apenas nada. Las pocas medidas que ha aprobado son, a juicio de la mayoría de sectores y expertos económicos, claramente insuficientes y fruto de la improvisación, sin olvidar su ineficacia e injusticia, ya que suponen que las rentas más bajas prácticamente no se verán beneficiadas,
Un ejemplo de la fiabilidad y seriedad de Zapatero es que, en lo que va de año, la previsión de crecimiento de nuestra economía la ha modificado, a la baja, hasta en siete ocasiones. Vamos que sale a una al mes. Y lo peor, al pasar el verano.
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