Posiblemente para tapar las informaciones que anuncian la eliminación de la famosa cláusula de caducidad del trasvase Tajo-Segura para 2015, aprobada por unanimidad de las cortes regionales, Barreda ha adelantado la crisis de su gobierno.
Según sus propias explicaciones, ha apostado por un nuevo gobierno “austero, porque supone un importante ahorro de cargos públicos”, lo que significa que, hasta ahora, su anterior gobierno no era austero y mantenía un exceso de cargos públicos a costa de los bolsillos de los castellano-manchegos.
En este sentido, Barreda ha cifrado el ahorro aprobado en una reducción del 23% de los Consejeros, el 13% de los Directores Generales y el 25% de los Delegados Provinciales, lo que nos permite formarnos una idea de cuantos “ejecutivos” sobraban. Claro que reducir altos cargos a los pocos meses de aumentarles el sueldo un 55% -él se lo subió un 75%, que para algo es el jefe-, dice poco en favor de su gestión.
Para más inri, Barreda anuncia que los próximos presupuestos regionales serán elaborados siguiendo esos mismos parámetros, es decir reduciendo gastos superfluos que, hasta ahora, su gobierno se empeñaba en hacer a cargo del dinero público.
Con ello Barreda ha hecho caso de las recetas que Mª Dolores de Cospedal viene haciéndole públicamente, aunque quede pendiente una reducción en empresas públicas. Mientras que Zapatero solo habla y habla, pero apenas toma decisiones.
Zapatero anunció en junio una mínima reducción del gasto público y la congelación de salarios a sus altos cargos. En agosto volvió a anunciarlo, dentro de su publicitado plan de choque. Ahora vuelve a hablar de lo mismo, pero en realidad, la incidencia de dichas medidas en las cuentas públicas del Estado son ridículas.
La reducción de gasto corriente aprobada apenas llegará a los 20 millones de euros, el 0,007% del presupuesto para este año, o dicho de otra forma, pretende ahorrar1 euro de cada 147 presupuestados para gastos. Eso sí, el montante comprometido por sus brillantes y sociales ofertas supera con mucho los 70.000 millones de euros. A todo esto, Zapatero ha aumentado el número de altos cargo de sus gobiernos en un 55 % desde que llegó al gobierno en 2004, todos chupando de las arcas del Estado.
Si los ingresos provenientes de los impuestos descienden, los gastos apenas disminuyen y los compromisos se disparan, ya veremos quien es el guapo que cuadra las cuentas públicas. Sea como sea, al final los paganos, los de siempre, los de abajo.
Mientras, Rajoy sigue ofreciendo soluciones, reclamando seriedad con el dinero de todos, pidiendo que el gasto público no crezca más del 2%, que se apruebe una rebaja en el impuesto de sociedades a las pymes hasta el 20%, e incluso que se aumente la deducción por intereses de créditos hipotecarios hasta el 25%, y Zapatero hace mutis.
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