Nuestro presidente del gobierno intervino el pasado 26 de septiembre ante la Asamblea General de Naciones Unidas. En su discurso vendió lo que mejor sabe, su progresismo de doble cara y fácil consumo. Así, pidió a la asamblea una moratoria universal de la pena de muerte para 2015.
En condiciones normales, la inmensa mayoría estaría de acuerdo con dicha iniciativa, ya que, la gente normal está a favor de la vida, pero de toda vida humana, y es que la propuesta de Zapatero no está completa.
Y todo porque cuando Zapatero propone esa moratoria de la pena de muerte, olvida otro tipo de pena de muerte especialmente terrible y atroz como es el aborto. Los condenados a la pena capital han tenido, en algunos países al menos, un juicio, un abogado defensor y un proceso jurídico en el que normalmente se cuidan con especial esmero todas las garantías necesarias. Ojo que no digo que defienda dichos procesos.
Sin embargo, el ser humano no nacido ni tiene voz, ni defensa posible, tampoco se le aplica ninguna garantía procesal, por lo que su ejecución se convierte en el más atroz y horrible crimen que la humanidad pueda perpetrar.
Todo ello convierte al aborto en el genocidio masivo más grande de la historia de la humanidad. Las cifras que se reconocen son de unos cincuenta millones de muertes por aborto en todo el mundo.
Por ese motivo, la plataforma “Derecho a Vivir” ha iniciado una campaña en internet invitando a quien lo desee a firmar una carta dirigida a Zapatero, en la que le piden incluir en su propuesta de moratoria de la pena de muerte, también las muertes producidas por abortos.
Los resultados no se han hecho esperar. Los datos alcanzados en apenas dos semanas y contabilizados solo hasta el pasado día 6 son espectaculares: han recibido 54.497 adhesiones particulares a través de la web; se han adherido 141 blogs; también 52 entidades de distintos sectores; han recibido 70.437 visitas; 153.728 páginas vistas; 298 subscriptores; 62.190 visitas a los videos que tienen colgados; etc., etc.
Jamás una iniciativa de HazteOir.org había alcanzado este nivel de difusión y de adhesiones en menos de dos semanas. Es un hecho que han logrado conectar con una parte amplia de la sociedad, que va más mucho más allá de otras de las campañas que han promovido. Señal de que hay millones de ciudadanos, también votantes del PSOE, que apuestan por la vida.
Como contraste a esta esperanzadora campaña, conocemos la polémica suscitada por la llegada a Valencia del barco “Langenort”, de la ONG holandesa "Mujeres sobre las olas", creada por la Doctora Rebbeca Gomperts, que se dedica a visitar países, en cuyos puertos embarcan a mujeres embarazadas y después navegan hasta aguas internacionales para practicarles abortos, incluso a embarazadas con más de siete semanas de gestación, fuera de la legislación el país visitado.
El primer puerto español al que ha llegado es el de Valencia, produciéndose manifestaciones a favor y en contra, recogiéndose escritos dirigidos a la Autoridad Portuaria de Valencia y al propio Ayuntamiento, para que tomaran las medidas oportunas para aplicar estrictamente la legislación vigente en España en materia de aborto, impidiendo que el barco pueda realizar prácticas que se salgan de la legalidad.
El lema abortista es “nosotras parimos, nosotras decidimos”. Es decir, como las mujeres paren, según las abortistas, tienen derecho a matar a sus hijos no nacidos.
Es un contrasentido. Los que se llaman progresistas protegen la vida de aquellos que han violado o asesinado con premeditación y alevosía, con frialdad y ensañamiento a sus semejantes, incluso a niños o seres indefensos. Y mientras defienden que se pueda trocear y asesinar a un ser no nacido, capaz de sobrevir fuera del vientre de su madre. Si esto es ser progresista, yo no lo soy.
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