Todos confiamos, es de suponer, que los hombres y mujeres que nos representan en eso de la vida pública -hablo de la política-, son los mejores. Para llegar a ocupar tan altas responsabilidades han tenido que demostrar a lo largo de su vida tener una capacidad y preparación indiscutible, unidas a una experiencia solvente que transmita confianza en los administrados.
Pero eso no es así en todas los casos. El curriículun de una de las ministras del gobierno zapateril demuestra que la preparación o la experiencia para desempeñar tan altas instancias es algo que, en su caso, como en la mili se decía, se presupone.
Tener poco más de treinta años y haber trabajado en prácticas tres meses en Unicaja, y otros tres en Caja San Fernando -no me dirán que en tres meses da tiempo a mucho-, además de diez meses en Iturri, S.A., le dieron derecho a empezar a desempeñar cargos políticos.
Así estuvo nueve meses en el Observatorio de Emprendedores de la Universidad de Cádiz, para pasar directamente a ser Delegada Provincial de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía en dicha ciudad. Seguidamente fue Directora de la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco.
Toda su experiencia profesional ha sido en puestos por designación política o gracias a sus relaciones políticas –su padre es un alto cargo de la Junta de Andalucía-, por lo que por tan amplio, importante y contundente currículo, el pasado abril fue nombrada Ministra de Igualdad. Y es que no había otro ministerio más apropiado para ella. Quien mejor que ella sabe lo que es luchar contra la desigualdad para conseguir hacer carrera en la política nacional.
Con razón es la propulsora de la nueva normativa legal que permitirá abortar libremente, así tendrá menos competencia, pensará Bibiana.
Muchos se preguntarán, ¿como es posible que alguien tan joven suba tan rápido y tan fácil?, muy sencillo, dice el refrán que “quien no tiene padrino no se bautiza”, y la miembra del gobierno Bibiana Aído es ahijada de Manuel Chaves, Presidente de Andalucía y del Partido Socialista.
¡¡Así cualquiera!!
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