Ánimo que paga el pueblo

Se ha habla y mucho de la desvergüenza con que algunos se toman eso de la cosa pública. Siempre hemos sabido de desaprensivos que han utilizado y aprovechado su cargo público para lucrarse personalmente, otros se han conformado con darse una vida de lujos y caprichos que nunca jamás habían soñado.
No hablo de los años del felipismo galopante. Aquella época quedó atrás, a pesar de que fue la etapa más corrupta que conocemos. Hablo de los últimos casos, escandalosos casos, que se han conocido en nuestra piel de toro.
Que un irredente separatista antiespañol como Benach se tunee el coche oficial, además de ofender a los miles de españoles que sudan tinta para poder llegar a fin de mes, demuestra que ese tío es un hortera.
También es una ofensa que el presidente de la Xunta de Galicia, gaste tres millones de euros en tunear su despacho. Otro hortera. Y es que algunos se creen con derecho a todo.
O ¿que me dicen del presidente de Andalucía? que mantiene a más de cuarenta asesores a cargo de la Diputación de Almería, algunos de los cuales ni pisan sus instalaciones y solo se dedican a hacer proselitismo para su partido.
En Albacete, a los responsable políticos socialistas tampoco les tiembla la mano a la hora de montar saraos a costa de nuestros bolsillos. Sienten debilidad por invitar con dinero ajeno.
El último, por escandaloso y llamativo, en la inauguración de la feria de la solidaridad y el comercio justo. Impecable nombre que dice todo a favor del objetivo a conseguir. Y para dar ejemplo, con Paco Pardo y Lamata a la cabeza, los socialistas montan una invitación, para los de siempre, que avergonzó a los miembros de las ONG’S presentes en el certamen. Tanto que algunos optaron por cerrar sus puestos en señal de protesta.
No contentos con ello, acabado el abundante catering, un selecto grupo continuó con una copiosa comida en un conocido restaurante de la calle Concepción. Por supuesto pagando con nuestro dinero.
Paco Pardo y Lamata no asistieron, tenían otra comida, y es que algunos lo de la crisis no les coge ni de lejos. Vaya ejemplo.

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