En cualquier profesión conocida, siempre podemos encontrarnos con un impresentable, y en la política no iba a ser menos, como nos ha demostrado el pasado fin de semana el número dos socialista, conocido como Pepiño Blanco, con sus declaraciones contra la Presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre.
Este personaje ha conseguido hacerse un hueco en la opinión pública como uno de los políticos actuales menos preparados y lo que es peor, más analfabetos e ignorantes, habiendo originado innumerables chistes o anécdotas por él protagonizadas, tanto reales como ficticias. Famoso es la burla que de su forma de expresarse hacen en cualquier emisora de radio o programa de televisión.
Yo coincidí con él en la pasada legislatura y he de contar algo que me llamó la atención. Como todo el mundo sabe, en cada escaño del congreso, los diputados disponen de tres botones para emitir su voto, para lo cual, antes de cada votación, el secretario de cada grupo levantando la mano indica en que sentido hay que realizarlo. Si levanta un dedo es que hay que votar que si, si levanta dos hay que abstenerse y si levanta tres hay que votar en contra.
Fácil verdad. Al menos para cualquier persona con dos dedos de frente, salvo para Pepiño. He de confesar que era un poema comprobar como de cada diez votaciones, no menos de seis veces equivocaba el voto, por lo cual, con un susurro perfectamente audible, el hemiciclo le tatareaba tooonto, tooonto, tooonto. Ante lo cual él solo contestaba con una estúpida sonrisa, como si fuera el gracioso de la clase.
Por eso cuando en la últimas elecciones se publicó su foto intentando introducir la papeleta sepia del senado en la urna del congreso, solo pensé, lógico, de ese personaje nada me puede sorprender.
Además de destacar por sus bufonadas, sus palabras destilan odio y rencor hacia los que piensan de distinta manera, pero esta vez ha ido demasiado lejos y hasta sus compañeros socialistas se han sentido avergonzados del nivel al que Pepiño ha sido capaz de descender con sus declaraciones.
Este sí que sobra en la política española.
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