El dinero público hay que justificarlo.

El pasado día 30 de octubre, en la sesión plenaria municipal correspondiente, el grupo popular preguntó a la Alcaldesa por la situación anómala en que se encontraba uno de los asesores que había heredado de su antecesor en el cargo.
La pregunta venía motivada por el hecho de que conforme accedió a su cargo de Alcaldesa, sustituyó entre otros, al jefe de prensa de la alcaldía, pero éste continuaba percibiendo sus emolumentos como si tal cosa.
Es decir, Carmen Oliver accedió al sillón de primer edil, y cesó como mínimo a dos de las personas de confianza del anterior Alcalde. A una de ellas, en los últimos meses de embarazo, la despide sin más. A la otra simplemente la manda a su casa junto con su sueldo, que continúa percibiendo más de medio año.
Y lo peor del caso es que, cuando la oposición popular –es la única que existe-, por fin le pregunta por esta situación, la respuesta, según se recoge en el acta correspondiente, demuestra las creencias socialistas de la regidora albaceteña. Me refiero a lo de que “el dinero público no es de nadie”, como afirmó una de las ministras de cuota del gobierno Zapatero.
Así, la Alcaldesa, para contestar una pregunta tan insolente como porqué hay un asesor suyo, que aunque fue sustituido en su día, sigue apareciendo como tal y cobrando como si trabajara, empieza contestando aquello de “anda que tú”, refiriéndose a los asesores que tiene la oposición, los cuales, sean muchos o pocos, son los que se acordaron en su día, y en todo caso, todos cumplen con su cometido y su horario, lo que no ocurre obviamente con su asesor desaparecido.
Para rematar la faena, la Alcaldesa heredera finaliza diciendo que no va a dar cuenta de sus asesores al Pleno. Es decir, que como estos cobran con dinero público y este no es de nadie, no tiene que explicar algo tan escandaloso como que alguien cobre por un trabajo que no realiza.
Tanto es así, que el propio interesado, en un gesto que le honra, ha pedido que dejen de pagarle por algo que no hace. Lógico.
Y es que, la vergüenza que le ha faltado a una, le ha sobrado al otro.