Si la Secretaria General de Empleo, el pasado día 2, es capaz de afirmar públicamente que el mercado de trabajo español sigue dando signos de dinamismo, es porque hay gente que se lo cree. Y es cierto, hay españoles que aunque en los últimos doce meses el desempleo haya aumentado en casi novecientos mil parados, cuando un político socialista dice una mentira como esa, se la cree a pies juntillas.
Si no, que me dicen de los augurios del Vicepresidente Económico del gobierno Zapateril, cuando en agosto pasado rechazaba que España se hubiera paralizado por la crisis, anunciando que en el tercer trimestre tendríamos un crecimiento algo mejor. Dicho y hecho, el producto interior bruto en el tercer trimestre ha sido del -0,2%.
Que decir del ministro sin corbata zapateril, que este verano aventuraba que su famoso Plan VIVE supondría una inyección de liquidez para la economía del sector, quedando también en evidencia cuando, pocos meses después, conocemos que su plan ha fracasado, las ventas de automóviles han caído casi un cincuenta por ciento y los expedientes de regulación afectan a más de 18.000 trabajadores del sector.
Pero hacer declaraciones y quedar luego en ridículo no es exclusiva de los anteriores, basta con recordar al ministro del ramo, asegurar en septiembre que la Seguridad Social, nunca como ahora había tenido una situación tan buena, cuando en lo que va de año se han perdido más de medio millón de afiliados a ésta.
Aún sin referirnos a ninguna declaración en particular, los hechos desbaratan la propaganda gubernamental zapateril, como cuando anuncia con gran profusión de medios, que se había firmado un acuerdo sobre migración con varios países del África Occidental. Su resultado no puede ser más elocuente. En lo que va de año, en cayucos, a Canarias han llegado 8.616 inmigrantes. Menos mal que hay un acuerdo.
Y si vamos al cabeza visible de este desgobierno que sufrimos, que decir de Zapatero asegurando que no habría nuevas subidas de la tarifa eléctrica. Hablo de junio pasado, apenas hace unos pocos meses. Ya sabemos cuanto dura su palabra. Para principios de año próximo se baraja una subida de hasta un 10%. Al final nos conformaremos con que sea menos y además muy agradecidos.
Cualquiera se fía de su palabra. Recuerdan cuando anunció que los Presupuestos Generales del Estado estarían basados en una política de austeridad. Pues sigue teniendo 644 colaboradores, que nos cuestan 28,2 millones de euros a costa de dichas cuentas. Menuda austeridad que se gasta el gachó.
Sea como fuere, aunque se incremente el paro, caigan las ventas, se hunda la confianza, empeore la competitividad, con soltar una parrafada ante los medios de comunicación, siempre habrá quien siga creyéndolos. Y votándolos, que es peor.
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