Seguramente cuando Carmen Oliver se hizo cargo de la Alcaldía de Albacete lo hizo con toda la ilusión del mundo. Coincidiremos en que ser Alcalde de tu pueblo, o ciudad en este caso, es una de las mejores cosas que te pueden pasar en la vida. Es entrar por la puerta grande en la historia de tu ciudad.
Por eso, como todos sus antecesores, tendría la intención de hacerlo lo mejor posible, otra cuestión es si le dejarían. Me refiero a la gente que necesariamente le acompaña en ese empeño. Sin su apoyo y respaldo se le pondría muy cuesta arriba.
Por eso, sus primeros compases ha sido de invitada de piedra. Va y viene donde le dicen, de sarao en sarao. Busca aparecer en todas las fotos habidas y por haber. Sonríe e incluso en ocasiones dirige unas palabras a los asistentes. Pero básicamente se dedica a su auto promoción personal, que le han programado desde Pedro Coca. Lo primero es dar a conocer un producto para después poder venderlo. Eso sí, todo a costa del contribuyente. Que le vamos a hacer.
Pero cuando hay que entrar en materia, en no pocas ocasiones pincha en hueso. Me refiero por ejemplo al asunto del nuevo pliego de condiciones para adjudicar la explotación de La Chata, coto privado de uno de los concejales pata negra que la Alcaldesa tiene como compañero de cartel.
Quiero ser benévolo y pensar que poco ha podido hacer. Esta parcela como digo, es responsabilidad de uno de los pesos pesados socialistas y no deja que nadie se inmiscuya en sus asuntos. Por lo que estoy convencido que nuestra bisoña Alcaldesa ha sido toreada una y otra vez por tan experto taurino. Le habrá dado varias largas cambiadas y capotazos, incluso algún cambio de tercio, posiblemente hasta le haya tocado algunos pasodobles, todo para alargar su faena y conseguir aburrirla.
Al final, un pliego de condiciones que podía y debía haberse aprobado en noviembre, con mucha suerte se publicará este mes de febrero, con lo cual, calculando los pasos que posteriormente deben cumplirse, nos encontramos con una posible adjudicación para la segunda quincena de marzo. Una vez adjudicado, la nueva Comisión Especial de Seguimiento debería visitar las ganaderías a lidiar en la próxima Feria, lo cual se me antoja muy complicado, ya que tendría que ser antes del último día de abril, fecha en la que la empresa adjudicataria debe presentar las mismas, así como los carteles de los primeros festejos.
Difícil, muy difícil para cualquier empresa que se precie, a no ser que sepa de antemano que cuenta con el apoyo necesario para resultar adjudicatario, en cuyo caso puede tener ya las ganaderías y toreros contratados para incluirlos en su oferta.
Aunque eso sea jugar con ventaja.
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