No me fío ni unpelo

El concurso para explotar nuestra Plaza de Toros es patético. Un culebrón que nos está dejando a la altura del betún. Como es posible que con el mejor pliego de condiciones de la historia, se esté generando tanta intranquilidad entre los aficionados, que asisten incrédulos al espectáculo que está dando nuestro ayuntamiento.
Solo el empeño de la oposición consiguió no volver a prorrogar a la anterior empresa. Si hubiese sido por el concejal taurino, todo seguiría como estaba. El citado concejal vistió de torera a la Alcaldesa de Albacete, la engaño, la entretuvo y al final sacó adelante el pliego de condiciones cuando le dio la gana. Tarde y sin tiempo para corregir cualquier imprevisto.
Publicado, se presentaron dos ofertas. Una de la anterior empresa y otra de la que gestiona, entre otros, el coso de Valencia. Como el pliego era tan completo, ninguna de las dos cumplía el mismo, a pesar de lo cual, la mesa de contratación las admitió como buenas.
Pero en la calle se comenta que la empresa de Valencia viene con una oferta insuperable, lo que puso al concejal taurino de los nervios, y en pleno proceso de apertura y valoración de plicas, declaró en una emisora radiofónica sus dudas sobre la solvencia de dicha empresa, lo cual indignó y con razón a la empresa aludida.
Ambas empresas presentaron escritos denunciándose entre sí, y provocando nueva convocatoria de mesa de contratación. Pero no había tiempo para corregir. Si se anulaban ambas plicas, había que declarar el concurso desierto, modificar el pliego y hacer una nueva convocatoria de urgencia, con lo que aún quedaba menos tiempo. Mientras que si se aceptaba a una de ellas, y se eliminaba a la otra, suponía la adjudicación, y que el concurso acabaría en los Tribunales. Y todo por la torpeza y empeño del concejal taurino en retrasar tanto la aprobación del pliego de condiciones.Al final todo se quedó como estaba, admitiendo ambas ofertas. Ahora se abrirán y se hará la valoración, pero conforme lo sucedido no me fío ni un pelo. Veremos si no se inventan algo para teledirigir la valoración.