Una tras otra.

Denuncia la oposición popular que los socialistas que mandan, no gobiernan, en nuestra región, están concediendo subvenciones con cargo a los presupuestos de 2010 y 2011. Es decir, siguen malgastando un dinero público que no tenemos y que está pendiente de incluir en los próximos presupuestos regionales.
No diré yo que no sea legal, pero no me negarán que no suena muy normal. Entre otras razones porque, es de suponer, dichas subvenciones no se podrán percibir hasta que legalmente no estén aprobados, si es que se aprueban, dichos presupuestos regionales y hasta entonces ¿Cuántas veces nos venderán las mismas subvenciones?
Es como el caso que se ha dado en el Ayuntamiento de Albacete, donde la Junta de Gobierno local socialista, firmó un contrato para prestar el servicio de limpieza, lavandería, ropero, duchas y comidas en el Centro de Atención a Personas Sin Hogar de Albacete, conocido como Albergue Municipal.
Hasta aquí todo normal, salvo que dicho contrato se firmó el 26 de enero de 2009, pero ya se estaba prestando ese servicio desde el 5 de diciembre del año anterior, es decir, se firmó un contrato con carácter retroactivo, lo cual, siendo legal, como en el caso anterior, no suena muy normal.
No solo eso, sino que aún cuando su vigencia era solo de cinco meses, y la empresa concesionaria solicitó su prórroga con antelación suficiente, no es hasta diez días antes del vencimiento del contrato cuando se aprueba dicha prorroga, con la salvedad de que se urge la tramitación de una nueva convocatoria para cuando se finalice el servicio, la cual según se indica, está paralizada desde principios de año.
Es decir, con tiempo suficiente, los propios técnicos vienen a advertir que podría darse el caso de que finalizara el contrato y la prórroga legalmente prevista, sin que se hubiera convocado y resuelto quién debe hacerse cargo de dicho servicio cuando finalice la empresa que actualmente lo realiza.
Estos casos evidencian que nuestros mandamases, una vez tras otra bordean la legalidad, pero demostrando en realidad que solo son unos chapuceros.