Que la Mancha es una tierra de secano no significa que no tenga algunos lugares con uno de los ecosistemas acuáticos más importantes del territorio patrio, como son las Tablas de Daimiel, ultimo referente en toda España de Tabla Fluvial, y que forma parte del Patrimonio Natural de la Humanidad.
A pesar de ello, gracias al pasotismo de la administración socialista este paraje está abocado a su olvido y desaparición, hasta el punto de que de su superficie total, 1.600 hectáreas, apenas el diez por ciento está encharcada, y para ello se recurre al suministro de 2 hectómetros de agua extraída desde pozos o la llegada puntual de esta desde el Trasvase Tajo-Segura, a través del cauce seco del río Ciguela, por el que ahora se pretende hacer una costosa e impactante canalización.
Una de las posibilidades de supervivencia de este ecosistema era el Plan de Recuperaciones del Alto Guadiana, la cual se ha esfumado, ya que lo que en principio iba a ser un importante plan de choque para recuperar agua, se ha convertido simplemente en un plan de marketing y propaganda socialista. Solo les interesa la foto, como demuestra que apenas vayan a llegar el 20% de los recursos financieros prometidos. Es decir, ni para empezar.
Ante el incumplimiento del mencionado plan de choque, los socialistas han ideado una solución que oculte su fracaso, encharcar las Tablas con las aguas residuales de Alcazar de San Juan, Daimiel, Argamasilla de Alba, etc., lo cual no deja de ser una chapuza ante las necesidades reales de este ecosistema que se nos muere.
Con este panorama, los socialistas de nuestra región, que presumen de ecologismo y medioambiente, han conseguido que los ríos Ciguela, Alto Guadiana y Záncara estén secos y las Tablas de Daimiel se conviertan en un pantano de aguas residuales, hasta el punto de que las organizaciones ecologistas han solicitado al Comité MAB de la UNESCO la retirada de la calificación de “Reserva de la Biosfera de la Mancha Húmeda” que poseen el conjunto formado por el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel y los Humedales manchegos de la Cuenca Alta del Guadiana, ante la evidente degradación que sufren y el abandono de las administraciones.
A todo esto se une el impacto medioambiental que supondrá la construcción de los colectores que han de llevar las aguas residuales hasta las Tablas. Es decir, durante años la administración socialista ha tenido abandonada a las Tablas de Daimiel, ahora que los ecologistas aprietan, solo se les ocurre suministrarle aguas residuales a través de costosos y medioambientalmente impactantes colectores, sin que acaben con la extracción del agua de los pozos y que contribuye a la sobreexplotación del acuífero.
Y es que como en tantos casos, Barreda va por un lado y la realidad por otro.
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