Regalos públicos

Quien ostenta la alcaldía de una ciudad importante, busca pasar a la historia por alguna obra emblemática realizada bajo su bastón de mando, y siempre con cargo al dinero del contribuyente. Por eso, nuestra alcaldesa heredera, haciendo méritos para ello, extrema su generosidad, eso sí, a costa de nuestros bolsillos.
Aún no ha acumulado en su alforja nada sobresaliente, salvo su empalagoso compadreo con las fuerzas vivas, léase patronal empresarial y sindical, a las que ha obsequiado con sendos solares municipales donde puedan construir sus nuevas sedes. Tanta prisa se dio para ello, que tomó dicha decisión antes de que los solares estuvieran escriturados a nombre del consistorio.
Pero no cayó la citada alcaldesa en que, aunque los empresarios si están agrupados en una sola voz, los sindicatos no son solo dos, hay algunos más, y uno de ellos, aun siendo minoritario, se ha sentido perjudicado y entendiendo que también tiene derecho a que le regalen otro solar, se atrevió a solicitarlo formalmente al propio ayuntamiento, siéndole denegado por éste, ante lo cual, ese sindicato ha acudido a los Tribunales de Justicia. Por supuesto en el procedimiento correspondiente entran todos, tanto el dadivoso municipio, como los afortunados agraciados. Veremos si la justicia defiende ese derecho para todos o para ninguno.
Y es que, en Albacete se pagan unos impuestos que no son moco de pavo, basta recordar el reciente recibo de contribución, y jode un montón, al menos a mí, que con nuestro dinero se subvencione, financie u obsequie a colectivos privados, todo para comprar su aplauso y su complicidad.
Yo entiendo y defiendo que se ceda suelo para construir colegios, hospitales o centros de salud, pero regalar solares para construir sedes sindicales o patronales a asociaciones privadas no me entra en la cabeza. Eso simplemente es dilapidar patrimonio público. Como cuando, tras apaños y trampas, se le regaló un solar a Telebarreda donde construirse su sede, mientras que en otros lugares sí que los pagaron.
Qué fácil es agasajar a los amigos con dinero público.