Y gracias.

Parece que se ha resuelto el sudoku de la financiación autonómica. Zapatero ha cedido ante sus principales baluartes de votos, Cataluña y Andalucía, a costa del resto. Aparte han quedado las comunidades gobernadas por sus correligionarios que, cómo no, se han apresurado a magnificar el parto, y es que, haga lo que haga Zparo, ellos, traicionando a sus ciudadanos, solo saben decir si bwana. Y por otro, las dirigidas por los populares, que claman al cielo por la discriminación que supone este reparto.
Zparo ha intentado la cuadratura del círculo. Por un lado tenía la necesidad imperiosa de asegurarse el apoyo de las dos comunidades donde radica su estabilidad parlamentaria, y para ello no ha escatimado esfuerzos. Se ha bajado los pantalones aún más de lo que le pedían los separatistas de Esquerra. Eso sí, las vergüenzas exhibidas han sido las del resto de españoles que seremos los que pagaremos la factura de tal humillación a base de subidas de impuestos.
Por otro lado tenía que contrarrestar el generoso regalo que con cargo a nuestros bolsillos le hará a esas dos comunidades, y qué mejor que aumentando el monto total a repartir y así todas conseguirían más aportación del Estado. Es decir si todas ganan ninguna protestaría. Aunque unas ganarán mucho más que otras.
Y aquí es donde entran las comunidades que, como la nuestra, están gobernadas por un socialista dócil y presto a la reverencia. Nuestro presidente regional se ha apresurado a bendecir el trozo que nos ha asignado Zparo. Es más ha afirmado que irá destinado íntegramente a los ciudadanos, para evitar que los mal pensados especularan con que se utilizase para una nueva y escandalosa subida de su sueldo. No, que nadie lo piense. Lo que nos ha tocado de las sobras es, como en Cataluña, para infraestructuras, sanidad, educación, etc. Y es que tenemos las mismas necesidades y deberíamos tener los mismos derechos que ellos, aunque a nosotros nos den bastante menos que a ellos.Lástima que tengamos un presidente regional que actúa como perro faldero en vez de defendernos a cara de perro.