Llega la Feria.

Finalizadas las vacaciones, para quien haya podido tomárselas, volvemos a la rutina del trabajo diario, para quien lo tenga. Ahora empieza la cuesta del otoño. Refresca el tiempo, se acortan los días y volvemos a los problemas y agobios que dejamos atrás.
Ocurre así en casi toda España, salvo en nuestro querido Albacete, donde gracias a nuestra Feria, la tregua del verano se alarga un poquito más, por lo que tardaremos casi un mes en ser conscientes de la situación que nos aguarda este invierno.
Pero eso llegará en su momento. Ahora dediquémonos a vivir y disfrutar, en la medida de lo posible, de la Feria, nuestra Feria. Tiempo tendremos para preocuparnos por lo que nos espera.
Me llama la atención cómo por fin, nuestra Alcaldesa heredera ha decidido repintar y actualizar los pasos de peatones, no todos, para darle un rápido y provisional lavado de cara a nuestra ciudad. Supongo que los que vivimos aquí, y que con nuestros impuestos la mantenemos a ella y a su equipo, le estemos reclamando eso mismo desde hace meses no ha sido suficiente para que se pusiera manos a la obra. Ha tenido que llegar la feria y sus miles de visitantes para que quiera dar buena imagen. A los de casa que nos den.
También conocemos que va a funcionar un autobús turístico recorriendo las principales calles, mostrando los monumentos históricos y artísticos de la ciudad. Como el recorrido sería demasiado corto, sugiero que se añadan todas las obras del milagroso Plan E de zapatones, que aunque no hay mucho que ver, sí que puede mostrar los famosos carteles anunciadores. Hay que aprovechar al máximo la propaganda institucional del “Gobierno de España”.
Si no les parece bien, lleven el autobús por los barrios con contenedores de basuras de apertura manual, para mostrar a nuestros visitantes que el progreso no es para todos igual. Eso sí, donde viven los miembros del equipo de gobierno socialista sí hay contenedores de pedal, más cómodos y limpios. Siempre ha habido clases.
Y un ruego final. Enciendan las farolas de acceso a Albacete, aunque solo sea para aparentar.