El socialismo.

Circula por internet un curioso correo que nos puede llevar a unas reflexiones muy interesantes. Habla de una imaginaria universidad latinoamericana donde, en clase de economía, los alumnos discutían sobre las bondades del socialismo, entre las que destacaban su objetivo porque no hubieran clases sociales, ni ricos ni pobres, y donde imperase la igualdad en beneficio de todos.
El profesor, ante estas discusiones, les propuso a los alumnos un experimento. Sacar la media de las notas obtenidas en los exámenes y calificar con ella a todos los alumnos. A todos no les pareció buena idea, pero sí a la mayoría, curiosamente los que menos se esforzaban y estudiaban.
En el primer examen que se realizó, la media conseguida fue de un 7,8. Pero esa nota no dejó satisfechos a los se habían sacrificado y habían estudiado. Todo lo contrario de los que no lo habían hecho, los cuales se mostraron eufóricos, ya que habían obtenido más de lo que por su esfuerzo se merecían.
En el siguiente examen, los que anteriormente habían estudiado decidieron hacerlo menos, al fin y al cabo no iban a obtener el premio proporcional a su esfuerzo. Y los que no habían estudiado, aún estudiaron menos, ya que de todas formas su recompensa sería mayor a sus méritos. El resultado fue que la media bajó hasta el 6,5.
Los estudiantes comprobaron como el premio obtenido era inversamente proporcional al esfuerzo desarrollado. Si estudiabas, la nota era menor. Si no lo hacía, el beneficio era mayor al esfuerzo. Por lo que el ánimo comenzó a decaer. Nadie se esforzaba ni estudiaba, desapareciendo la motivación. ¿Para qué?
Y llegó el tercer examen y con él la catástrofe. Un 4 de media. Todos suspensos. Y empezaron las discusiones y peleas. Todos estaban disconformes y se acusaban del fracaso unos a otros. Ninguno asumía su parte de culpa. Todo era culpa de los demás. Pero nadie estaba dispuesto a esforzarse y estudiar para que otros se beneficiaran de él. Al final aprendieron la lección, pero en la asignatura de economía todos obtuvieron ese curso el mismo resultado que habían provocado, el suspenso.
La lectura de este experimento nos dice que las personas están dispuestas a esforzarse y sacrificarse si a cambio obtienen una recompensa, pero si ven que de su trabajo se aprovechan quienes no se esfuerzan igualmente, su ánimo y motivación decaen sumándose al fracaso general.
Por eso no es de extrañar que los socialistas hayan conseguido que eliminando la cultura del esfuerzo y del estudio, el fracaso escolar en España se haya disparado. Ahora hagan lo que hagan los chavales pasan de curso. Lo único que importa es como ponerse un condón, tomarse la píldora del día después o abortar sin conocimiento paterno.

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