Abandonados.

Mientras los sindicatos callan y miran para otro lado, colectivos menos dependientes del dinero público se plantan y manifiestan contra este gobierno que nos castiga día sí y día también.
Hace poco hemos asistido a la macromanifestación celebrada en Madrid a favor de la defensa de la vida y contra la intención del gobierno zapateril de ampliar la impunidad para poder eliminar a los hijos no deseados, y el próximo sábado comprobaremos hasta que punto el campo español está hasta el gorro del abandono al que es castigado por dicho gobierno.
Paralelamente los sindicatos convocan otra manifestación para protestar contra las empresas, pero no contra las erróneas políticas gubernamentales, las cuales avalan y aplauden. Todo el mundo sabe que si el gobierno no fuera socialista, las calles estarían ardiendo por los cuatro costados. Y es que hace tiempo que se les vio el plumero.
Será fácil comparar estas dos últimas manifestaciones, la de los sindicatos, serviles a Zparo, que alimentados con nuestro dinero comen en su mano, y la de nuestros agricultores y ganaderos, abandonados, vendidos y traicionados por éste.
Y es que, nuestro campo se muere, como demuestra el hecho de que la renta agraria haya caído un 26% desde que gobierna Zparo, o que más de 125.000 trabajadores hayan abandonado esta actividad durante su mandato, provocando que su tasa de desempleo supere en tres puntos la media nacional.
La actual crisis contribuye a este deterioro, como también la nefasta política agrícola seguida por Zparo, que no ha defendido suficientemente a nuestro campo ante la Unión Europea, se ha negado a rebajar el IVA agrícola y ha reducido hasta un 13% las partidas presupuestarias específicas para el campo.
Para colmo, al ser Castilla La Mancha una de las regiones donde el sector agrícola pesa más, ¿qué hace nuestro gobierno regional ante el abandono al que somete a nuestros agricultores por parte de Zparo?, simplemente aplaude y vitorea a su líder.
Barreda no protesta, se fotografía con gente del sector, y aplica lo de mucho te quiero perrito, pero pan poquito.