El embudo.

Que la situación financiera del Ayuntamiento de Albacete no es boyante no es una novedad. Pero sorprende el empeño que tiene nuestra Alcaldesa heredera en dilapidar los pocos recursos de los que disponemos. Cuando uno tiene poco dinero ha de sopesar muy mucho a que lo destina. Y por supuesto tiene la obligación, más si es un gobernante, de impedir su uso para cuestiones que no son estrictamente necesarias.
Llamativo es que en estas circunstancias, el equipo de gobierno socialista, con la complicidad de IU, se reúna informalmente con los representantes sindicales municipales y les traslade la necesidad de reducir en veinte millones de euros el presupuesto del próximo ejercicio.
¿Y para qué les dice eso?, simplemente para adelantarles que varias de las cuestiones negociadas, acordadas, firmadas y aprobadas en el Convenio Colectivo y Acuerdo Marco, no van a ser cumplidas. No solo eso, además les pide su colaboración, comprensión y respaldo en estos momentos difíciles.
Y eso ocurre pocos días después de que el mismo equipo de gobierno recurriera la sentencia que anulaba la escandalosa productividad que discrecionalmente habían concedido a un reducido grupo de funcionarios municipales. No hay dinero para cumplir lo acordado con todos, pero sí para premiar injustificadamente, eso dice la sentencia recurrida, a unos pocos elegidos.
Como también hay dinero, y mucho, para financiar indirectamente el aeropuerto, anunciándose en los reposacabezas de los aviones o en las servilletas y revistas que se sirven en los mismos. Y hablamos de seis millones de euros, mil millones de pesetas.
Pero eso no es una excepción, también hay dinero para promocionar y anunciar la celebración de un centenario que no es tal, y que han tenido que cambiar sobre la marcha, pasándolo de centenario a confirmación del centenario.En vez de utilizar nuestros impuestos, y no pequeños, en iluminar las entradas a nuestra ciudad, sustituir lo contenedores de apertura manual o pagar lo acordado a los trabajadores, ellos lo malgastan en cuestiones que no son ni urgentes ni necesarias.

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