La antipatía con que el resto de españoles vemos a Cataluña es algo que los políticos catalinos se han ganado a pulso. Que hayan sido la región española más mimada y consentida de cualquier régimen, democrático o no, no les parece suficiente. Siempre quieren más. Ellos no miran que tenemos el resto, ellos, les den lo que les den, siempre están insatisfechos. Hablan abiertamente de independencia, pero pagada por el resto de españoles. Es decir, seguir ordeñando al resto de España.
Pero esta opinión no es compartida por la mayoría de catalanes, como demuestra el hecho de que el referéndum del polémico estatuto no consiguió interesar ni a la mitad de éstos. Y de los que sí fueron a expresar su opinión, apenas uno de cada tres lo hizo a favor, lo que evidencia el poco interés que este estatuto despertó.
Con todo, es algo con lo que llevamos lustros conviviendo. Dicen que contra el vicio de pedir, está la virtud de no dar. Hasta que llegó al gobierno de España un elemento como Zparo. De su facilidad para ceder al chantaje y la extorsión, pacífica o violenta, hay muchos ejemplos, pero que también sea capaz de prometer hasta lo que no puede dar, eso es el colmo de la irresponsabilidad.
Que desde que llegó al poder cada vez más es rehén de los nacionalistas-separatistas es algo que no duda nadie. Como nadie duda de que ha animado a sus correligionarios socialistas a ocupar posiciones nacionalistas, empujando a estos a radicalizar sus posturas. Todos han comprobado cómo pueden pedir y exigir lo que sea, Zparo siempre está dispuesto a bajarle los pantalones al resto de los españoles.
El nuevo estatuto no era una prioridad para la mayoría de catalanes, pero Zparo animó a los suyos a redactar uno que fuera más allá de lo que habrían ido los propios nacionalistas. Además se comprometió a aceptar lo que aprobara el Parlamento de Cataluña, fuera lo que fuera, lo cual ya de por sí demuestra su pobre visión de España. Y volvió a comprometerse a que el texto quedaría limpio como una patena para que fuera plenamente constitucional. ¡¡Menos mal, si no lo limpian imagínense!!
Pero como la cosa no pinta muy bien, arrecian las presiones, y por supuesto todas desembocan en un único culpable, la oposición popular que ha recurrido el mismo. Por supuesto que los voceras que eso dicen ocultan que también ha sido recurrido por el Defensor del Pueblo y por los gobiernos de cinco comunidades autónomas, entre ellas dos socialistas, Aragón y Baleares.Más le valdría a la élite catalana ocuparse por solucionar el problema de los 600.000 parados que tienen, que para eso cobran, y no poco, y en todo caso, todos ellos, que presumen de demócratas deberían acatar y respetar las decisiones del Tribunal Constitucional, o ¿solo hay que hacerlo cuando te dan la razón?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario