Los socialistas y sus medios afines están convencidos de que el levantamiento del secreto del sumario del llamado caso Gúrtel, les concederá un balón de oxigeno que necesitan como el comer. Y es que ellos, que según las encuestas van de capa caída, podrían así aguantar unos meses más, quizás años, subidos en el machito, llenándose los bolsillos y arruinando aún más al personal.
Siendo cierto que los aprovechados y corruptos no son patrimonio de una sola ideología, a éstos, sean del color que sean, la justicia debe castigar con todo su peso. Que sean juzgados y si se les condena, que sea con toda la firmeza de la Ley.
Otra cuestión es la financiación ilegal de un partido político. Y ésta, hasta la fecha, solo está demostrada en el PSOE. Todos los hechos probados, juzgados y con condena firme por financiación ilegal señalan al PSOE (FILESA, MALESA y TIME-EXPORT).
El caso Gúrtel podrá, o no, demostrar que algunos se aprovecharon, y en su caso, éstos deberán asumir sus acciones. El que se lo haya llevado que lo devuelva y pague por ello, sea quien sea, y sea de donde sea. Pero ello no significa que el principal partido de la oposición se haya financiado ilegalmente.
Esa es una gran diferencia con el PSOE. Ellos sí que tenían montadas unas empresas que facturaban estudios no realizados para financiar su funcionamiento y sus campañas electorales. Por ello fueron condenados y encarcelados varios de sus altos cargos, algunos de los cuales, al salir de la cárcel, fueron reincorporados a la estructura orgánica socialista.
Ellos sí que consiguieron la condonación por La Caixa del 45% de una deuda vencida que arrastraban desde 1994. En total les perdonaron más de 6,5 millones de euros. ¿Y el resto?, lo renegociaron a un interés tres veces inferior al del común de los mortales. Eso ¿cómo hay que llamarlo?
A ellos sí que varios bancos les perdonaran 33 millones de euros de deuda que acumulaban desde hace veinte años, y ello es calificado por el Tribunal de Cuentas como una vía de financiación irregular.Más les valdría callarse y dejar actuar a la Justicia.
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