Se ganan las elecciones con un programa, unos objetivos, ofreciendo al electorado mejorar su vida cotidiana. Así llegó Zparo al poder, con un programa y unos objetivos concretos que mejoraran el estado de bienestar de los españoles. Pero solo ha tardado seis años en acabar con todo ello. En ese plazo, el manirroto de Zparo ha dilapidado la herencia recibida, nos ha endeudado, ha enfrentado a los españoles y solo ha repartido paro y miseria. Es el final de todos los gobiernos socialistas. Empiezan gastando y malgastando, cuando vacían las arcas recurren al endeudamiento y al déficit, reabriendo viejas heridas ya cicatrizadas para excitar a sus acérrimos, pero al final, el paro y la miseria.
Siempre empiezan igual. Nos vamos a comer el mundo. Hemos superado a Italia y vamos a pasar a Francia, decía Zparo no hace mucho. Pero la realidad es tozuda. Él no supo estar a la altura y todas sus promesas, el pleno empleo, las subidas de las pensiones, la ayuda a las madres, los famosísimos 400 euros, los sueldos de los empleados públicos, etc. se le han venido abajo. Todo lo ha sacrificado por no haber reconocido en su momento la crisis, no haber tomado las medidas necesarias para combatirla, y haberse empeñado en seguir gastando e hipotecándonos por encima de nuestras posibilidades.
Zparo y los que le votaron son los verdaderos culpables de la situación en la que nos encontramos. Los primeros cuatro años fueron nefastos, pero los dos últimos han sido para llorar. Y muchos han mirado para otro lado. Muchos que ahora se avergüenzan de su voto, a pesar de los avisos no han querido reconocer la locura del inútil gobernante que nos llevaba de mal en peor. Y es que tarde o temprano la ideología socialista llevada a la práctica acaba por arruinar al pueblo que los vota.
A que esperan, urge disolver las cámaras y convocar nuevas elecciones. Es necesario que los españoles opinemos quien puede sacarnos del atolladero en que nos ha metido un gobierno que antes de apretarse su propio cinturón, prefiere asfixiar a los más débiles.Menudo socialismo de pacotilla.
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