Un atraco.

Profetizó Nostradamus que “de tierras con nombre de animal, vendrá quien gobierne a los iberos, adorará a reyes negros y abrazará religiones extrañas, y llenará su palacio de bufones y aduladores. Usando su propia mascara de bufón, traerá consigo el hambre, la pobreza y la desesperación .”
Cualquier coincidencia con lo que está pasado en España desde que nos gobierna Zparo, procedente de León, seguramente es pura coincidencia, pero que por segunda vez los socialistas hayan dilapidado todos los años de bonanza que heredaron y nos condenen a la miseria y el desempleo, no lo es, era algo previsible.
Vale que hay una crisis económica internacional, pero no justifica que a España le afecte tres veces más que a nuestros vecinos europeos. Todos se han apretado el cinturón, pero supieron reaccionar en su momento contra la crisis, por eso las medidas adoptadas son menos dolorosas que las que Zparo ahora nos impone.
Italia ha recurrido a la lucha contra el fraude fiscal, reduciendo gastos del gobierno y sus ministerios, hasta han congelando los salarios públicos. El Reino Unido ha metido la tijera a viajes oficiales, asesores, coches oficiales, empresas públicas, oferta pública, o en el gasto de gobiernos locales y autonómicos. Aquí, Zparo ha renunciado a sus principios demagógicos sobre las políticas sociales. Él apenas se ha apretado el cinturón, pero sí que va a exprimir al máximo a la clase media, léase pensionistas, empleados públicos o futuras madres.
No se le ha ocurrido cerrar el grifo de las subvenciones a partidos políticos, patronal y sindicatos, aduladores y parásitos como los de la ceja, ministerios inútiles, asesores, viajes, coches oficiales, u organismos duplicados. En eso apenas ha tomado medidas, ¿qué iban ha hacer los miles de estómagos agradecidos que mantiene con nuestro dinero?Tampoco ha apostado por aumentar la lucha contra la economía sumergida, que en España supera en diez puntos la tasa media europea. Aquí, Zparo y sus sociolistos han empezado por lo más fácil, atracar con el B.O.E. a los que dependen de una nómina oficial.

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