Dando por sentado que el gobierno que sufrimos ni sabe, ni quiere, ni puede, no extraña que cada vez que toma una medida, simplemente la cague. Y si no ¿que decir de la cacareada reforma laboral propuesta? Hasta el propio ministro, veremos por cuanto tiempo, Celestino Corbacho, se ha atrevido a reconocer que “si la reforma se hubiera hecho hace tiempo, la sangría de paro en la que estamos inmersos no habría sido tan grande”. Razón suficiente para que inmediatamente hubiera presentado su dimisión y pedido la del resto de sus compañeros.
Reconocer que uno toma las decisiones tarde, y que ello implica que miles de españoles se han visto perjudicados con la pérdida de sus puestos de trabajo, necesariamente debería suponer la asunción de las responsabilidades por las que cobra, y muy bien por cierto. Y si para colmo, este mismo ministro añade que “la reforma propuesta no es para crear empleo”, blanco y en botella. Y es que, se lo piensan tanto que, cuando hacen algo, solo supone un mal parche al roto que han producido.
Aunque sorprende la franqueza de un ministro zapateril. No es usual. Éstos se limitan a hacer o decir lo que les manda su amo, sin tener el mínimo empacho en contradecirse o desdecirse unos a otros, o así mismos. El caso es mantenerse en el puesto, caiga quien caiga, y todos los meses poner la mano por no hacer nada.
La reforma laboral propuesta llega tarde, y además no es la que necesita la sociedad española. Tan es así, que ningún grupo parlamentario, salvo el socialista proponente, la ha respaldado. Y es que, como decía al principio, Zparo y su ejecutivo no sabe, ni quiere, ni puede combatir el paro y crear confianza. Para eso tendría que coger el toro por los cuernos y adoptar la decisiones que España necesita, pero no facilitar el despido en vez de la contratación.Zparo está amortizado. No inspira confianza. Es un fracasado y nos arrastra con él. Si tuviera un mínimo de dignidad, disolvería las cámaras, convocaría elecciones y sobre todo se iría a su casa. Igual así los socialistas tendrían alguna posibilidad de regenerarse.
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