Vender la burra.

Cuentan que llegó un forastero a un pequeño pueblo. Tras visitar al alcalde hizo correr la voz de que compraría todos los burros que hubiera en la comarca, para lo que fijó un precio de 100 euros por cada uno.
Muchos vendieron sus animales. Y entonces el forastero ofreció 150 euros, con lo que otros que se resistían se desprendieron de sus animales. No obstante, el forastero volvió a subir su oferta hasta los 300 euros, lo que hizo decidirse a vender a los pocos que aún no lo habían hecho. Hasta que todos los habitantes del pueblo se quedaron sin sus burros. Entonces, el forastero prometió volver y comprar cuantos burros le ofrecieran a 500 euros por cada animal, tras lo cual se marchó del pueblo.
Días después, en las aldeas y pueblos cercanos alguien ofreció burros a 400 euros cada uno. Todos fueron adquiridos, ya que no quedaban otros en toda la comarca. Incluso cuando no tenían efectivo, los vecinos del pueblo acudieron a los prestamistas locales, que a cambio de un alto interés, les financiaron la compra de todos los burros ofrecidos.
Como era previsible, el forastero no apareció jamás. El pueblo quedó lleno de burros, y sus propietarios endeudados. Cuando no pudieron pagar a los prestamistas, éstos se plantaron en el Ayuntamiento y advirtieron al Alcalde que si no cobraban el dinero prestado se arruinarían, y con ellos todo el pueblo.
Para evitarlo, el Alcalde, en vez de dar dinero a los vecinos endeudados para que pagaran sus deudas, se lo dio a los prestamistas, y éstos, una vez cobrado gran parte de lo prestado y recibido el facilitado por el consistorio, embargaron los burros y no perdonaron las deudas pendientes.
En consecuencia, el forastero se forró con la avaricia del pueblo. Los prestamistas se aprovecharon del dinero público, pero no perdonaron las deudas generadas. Los vecinos quedaron arruinados, endeudados y sin burros para trabajar. Al igual que el ayuntamiento, al que solo se le ocurrió bajarles el sueldo a sus trabajadores.Esto solo es un imaginativo texto de Internet, pero del que se puede extraer no pocas conclusiones.