Barreda el campeón.

Nuestra comunidad, tras casi 30 años de socialismo, sigue en la cola del progreso y el bienestar nacional, como así lo atestigua la renta per capita. En cabeza, casi igualados, con treinta mil euros anuales, están los vascos, madrileños y navarros, nosotros, con poco más de diecisiete mil euros anuales, solo estamos por delante de Extremadura. La media nacional se acerca a los veintitrés mil euros anuales.
En 2007, nuestra comunidad tuvo un superávit en sus cuentas de setenta y cinco millones de euros. Desde entonces, cada año ha habido déficit, hasta que, en 2011, gracias al milagroso plan de recuperación recientemente aprobado por Barreda, el déficit “solo” será de tres mil ochocientos cincuenta y cinco millones de euros (más de 641.000.000.000 de las antiguas pesetas). Menudo consuelo.
Si nos sumergimos en la deuda generada, nos encontramos con que en junio de 2004, teníamos una deuda acumulada de 1.406 millones de euros. En junio de este año ya alcanzamos los 5.843 millones (casi un billón, con b de barbaridad, de pesetas). Y Barreda, también con b, como si nada.
Con ser graves estas cifras, no menos dramáticas son las del desempleo de nuestra región. En el segundo trimestre de 2007 teníamos registrados, según la encuesta de población activa, 71.100 parados (tasa del 7,84%). El segundo trimestre de este año en curso se han contabilizado 209.600 parados (tasa del 21,35%). Es decir, 138.500 castellanos manchegos más que queriendo trabajar no tienen donde.
Terminaré con unos datos más que elocuentes. El SESCAM tenía en 2004 su tesorería con un remanente negativo de casi sesenta mil euros. En 2009 ese remanente ha aumentado hasta más de setecientos mil euros en negativo. Ni vendiendo todo su activo podría cubrirse dicha cantidad.Con todos estos datos, producidos por el gobierno socialista que sufrimos, cualquier gobernante decente y honrado habría dimitido, pero Barreda no, él, convertido en campeón del déficit, la deuda, el paro y el descontrol por su nefasta gestión, prefiere seguir emprobeciéndonos a casi todos (menos a sus amiguetes).