Porque yo lo valgo.

Muchos somos los que insistimos en que las primeras medidas a tomar para atajar la crisis es ser rigurosos en el gasto público, y ello conllevará necesariamente acabar con la meteóricas carreras de muchos enchufados en la administración.
Como muestra un botón. Estos días hemos conocido el cruce de favores entre la abortista Bibiana Aído -papá, soy ministra- y Gaspar Zarrias –apéndice de Manolo Chaves-. El caso es que, favorecida con el cargo de Ministra y al tener que irse a vivir a Madrid, cómo iba a hacerlo sin su novio y compañero sentimental. Habló con papá y éste con el apéndice del entonces Presidente de la Junta de Andalucía. Acto seguido su novio, compañero o lo que sea sentimental, fue nombrado Delegado de la Junta de Andalucía en Madrid. Ya podían compartir su nidito de amor.
No crean que era el primer puesto a dedo que le regalaban a su enamorado, antes lo habían hecho Delegado Provincial de Cultura en Almería, Director del Conjunto Monumental de La Alcazaba, Director General de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura y Director General de Bellas Artes y Bienes Culturales del Ministerio de Cultura. Menudo carrerón. Cuantos frutos da el amor.
Poco tiempo después, al ser designado Vicepresidente del gobierno zapateril, Manuel Chaves se llevo consigo a su apéndice, Gaspar Zarrias, y este se encontró con el mismo problema que había solucionado, cómo llevarse con él a su esposa, compañera o lo que sea. La solución muy fácil, hoy por ti, mañana por mi. Acudió a la Ministra Aída para que le devolviera el favor. Dicho y hecho. La esposa, compañera o lo que sea de Zarrias fue nombrada técnica de gestiones culturales del Instituto de La Mujer, dependiente de Aído.Y es que con los socialistas el enchufismo crece como la espuma, basta con repasar como han recolocado a todos los ex cargos locales, provinciales o nacionales progresistas que, finalizado el chollo electoral, continúan en otros incluso mejor pagados. Esta es la política que ellos practican, la de la fidelidad recompensada, pero a costa del bolsillo del resto de ciudadanos.