Hay gente que se extraña de que Zparo y sus representantes sean pitados y abucheados cuando aparecen en cualquier acto público. Que si a Corbacho se la montan en Hospitalet, de donde fue alcalde. Que si a Rubalcaba casi no le dejan hablar en la Academia de Guardias Civiles Duque de Ahumada del escándalo que se montó. Y que a Zparo se la monten durante el desfile de las Fuerzas Armadas -a pesar de haber alejado lo máximo posible al pueblo de él-, es algo que a nadie, ni a ellos mismos ya les extraña. Los ciudadanos de toda condición están hartos del desmierde gubernamental, y hasta que no tengan la ocasión de expresar esa frustración con sus votos, aprovechan cualquier acto público para transmitir el cariño y admiración que sienten por nuestra pléyade gobernante socialista.
Para Zparo y su banda, los discrepantes solo son grupúsculos de extrema derecha. Claro que olvidan los gritos y consignas de los miles de delegados sindicales que coreaban Zparo dimisión. La misma consigna que el pasado martes se oía continuamente durante el desfile militar citado. Aunque igual para ellos los sindicalistas o los guardias civiles también son de extrema derecha. Lo cierto es que los españoles ya no les aguantan más y les pitan o abuchean independientemente de su color político.
Llegará el día en que los mismos socialistas le exijan su dimisión. De momento ya han empezado a desmarcarse de él. Tomás Gómez lo hizo en Madrid, y solo por eso ganó, no solo a Trini, sino a Zparo, como ha dicho Alfonso Guerra -que no da puntada sin hilo-. Barreda ha reconocido que los socialistas van hacia una catástrofe electoral y ha pedido que Zparo no pise nuestra región, aunque luego donde dije digo diego. Fernández Vara, presidente extremeño, pidió que Zparo no optara a la reelección, a ver si quitándose esa losa pueden remontar en las encuestas. Y esto no ha hecho nada más que empezar. Con los resultados de las elecciones catalanas, el miedo a perder los sillones les volverá contra quien les lleva de derrota en derrota hasta el desastre final.Pronto sabremos si me equivoco.
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