Insoportable.

No somos conscientes de las consecuencias que supone para nuestro futuro el desempleo que padecemos. Es un problema que cuanto más dura, más se enquista. Y su coste para nuestra estabilidad social y económica aumenta.
Según la última EPA publicada, había bajado el desempleo durante el tercer trimestre. Inmediatamente los socialistas sacaron pecho y volvieron a anunciar que la crisis ya estaba remitiendo. Por supuesto fue flor de un día. Hasta que el Servicio Público de Empleo Estatal nos despertaba de esa euforia diciéndonos que el paro había vuelto a aumentar en octubre.
Con todo, para que nos vayamos haciendo una idea, según la citada EPA, durante el mes de septiembre, las prestaciones por desempleo han supuesto un desembolso de 2.564 millones de euros, que multiplicado por doce meses nos lleva a superar los 30.000 millones de euros. Si son capaces de hacer el cálculo, yo no, hagan su conversión en pesetas y verán lo que sale.
Lo triste de todo esto es que mientras en el sector privado se han destruido cerca de un millón setecientos mil puestos de trabajo, en la administración, colapsada y al borde de la quiebra, el número de asalariados no para de aumentar. No aumenta el número de funcionarios, cuyo acceso mediante oposición está regulado y es transparente, pero si el de colaboradores, asesores, amigos y familiares. Las competencias se superponen entre administraciones, las empresas públicas no paran de crearse y engordar y el despilfarro de nuestros impuestos es galopante.
Desde 2007, la Administración Central ha aumentado un seis por ciento el número de sus empleados (30.600 personas). Las Empresas Públicas un cinco por ciento (7.300 personas). Los Ayuntamientos y Diputaciones casi un diez por ciento (58.700 personas). Y las Comunidades Autónomas nada ni más ni menos que un catorce por ciento (217.200 personas). Para que nos hagamos una idea del descontrol que supone el refugio de las administraciones públicas, en 1976 en España había 1.374.000 trabajadores. Ahora ya son 3.175.000.Esto no puede mantenerse, algo hay que hacer y pronto.